Los ingleses no consideran como amenaza la compra de los F-16 por parte de Argentina

Un portal británico especializado en defensa afirma que la adquisición de esos cazabombarderos “no altera significativamente la situación en el Atlántico Sur” y que “Argentina aún está lejos de representar una amenaza seria para las Islas Malvinas” y para los intereses británicos y de la OTAN.

12 de septiembre de 2024 08:37

Los F-16 fueron diseñados en la década de 1970 y han estado en servicio operativo desde 1978.

El domingo pasado, apareció publicada una nota en el portal UK Defence Journal. Dicho sitio cubre noticias de la industria de defensa en el Reino Unido y también ofrece comentarios y análisis de temas militares que van desde la política de seguridad nacional hasta las decisiones de adquisiciones. La nota llevaba la firma de George Allison, un licenciado en Seguridad Cibernética por la Universidad Caledonian de Glasgow y que tiene un gran interés en asuntos de seguridad naval y cibernética. Allison ha aparecido en radio y televisión nacionales para discutir eventos actuales vinculados con la defensa del Reino Unido y con la OTAN.

En su artículo, Allison sostiene que “una combinación de equipos obsoletos, recursos limitados y restricciones diplomáticas” sigue frenando el potencial bélico de nuestras FF.AA. Ya que durante décadas “el ejército argentino ha estado en declive” y que hasta antes del acuerdo por los F-16, “la Fuerza Aérea luchaba por mantener operativos incluso un puñado de sus aviones”. Para terminar de meter el dedo en la llaga, Allison refuerza su punto de vista desnudando la debilidad del poderío aéreo argentino poniendo en evidencia que nuestra flota de cazas Mirage fue retirada de servicio y los A-4 Skyhawks, “que alguna vez fueron la columna vertebral de su poder aéreo, quedaron en tierra”, afirmó.

Allison se regodea marcando que “el ejército argentino en general sigue en una posición difícil incluso con los nuevos aviones. Las fuerzas terrestres del país carecen de fondos suficientes, están mal equipadas y rara vez tienen los recursos para entrenar adecuadamente. Gran parte de su equipo es de la década de 1970, y los problemas de mantenimiento con frecuencia afectan a los aviones en tierra y a los buques de guerra inutilizados”.

También pone en evidencia que el presupuesto de defensa argentino se encuentra “muy sesgado hacia los costos de personal”, dejando poco margen para nuevas compras importantes de armas y equipamiento. Además, sostiene que “aunque se ha hablado de comprar equipos modernos por valor de 2.000 millones de dólares, estos planes parecen muy poco realistas dadas las limitaciones económicas”, exponiendo la penosa situación de nuestras FF.AA. que “a menudo ha dependido de donaciones extranjeras para llenar los vacíos”, demostrando el peso del Reino Unido que ante “intentos anteriores de comprar aviones de combate de Suecia y China” los mismos “fueron bloqueados o fracasaron debido a los costos”.

Allison expone que aún con F-16 en nuestro arsenal, “Argentina no tiene el presupuesto para mantener o modernizar su ejército en la medida necesaria para un desafío regional creíble”. Sumado a los problemas financieros, nuestro país “enfrenta importantes limitaciones diplomáticas. Dado que los F-16 son de fabricación estadounidense, cualquier uso significativo de los aviones requeriría la aprobación de Estados Unidos, especialmente para el mantenimiento y las piezas. Esta dependencia hace muy poco probable que Argentina pueda desplegarlos contra las fuerzas británicas sin enfrentar mayores obstáculos”, argumentó.

El especialista británico, sostiene que “Malvinas se encuentran a unas 300 millas del continente argentino, a través de las impredecibles aguas del Atlántico Sur. Cualquier intento de llevar a cabo una operación militar a tal distancia sería un desafío logístico, especialmente con la Armada y la Fuerza Aérea de Argentina en su estado actual”.

Allison afirma que el Reino Unido “mantiene un sólido sistema de defensa en las Malvinas”, argumentando que los “aviones Typhoon, la RAF Mount Pleasant garantiza la superioridad aérea británica, mientras que un buque patrullero de la Royal Navy y tropas terrestres ofrecen seguridad adicional”. Según el especialista, los cerca de 1.500 uniformados del ejercito invasor estacionados permanentemente en nuestras islas proporcionan “un elemento disuasorio formidable”.

Para Allison no hay dudas ya que el Reino Unido “puede reforzar su posición rápidamente si es necesario, con submarinos de ataque y otros activos listos para desplegar”, a lo cual agrega “los desafíos que enfrenta Argentina” como un factor adicional.

En resumen, el analista británico “las defensas del Reino Unido son más que adecuadas para garantizar la seguridad de las islas, lo que deja claro que Argentina, a pesar de sus recientes mejoras, representa poca amenaza en este momento”.

Fuente:

UK Defence Journal

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