El ilegítimo gobierno de las Islas Malvinas anunció una consulta pública sobre la posible implementación de granjas de cría industrial de salmones. La erogación económica será de alrededor de 200.000 Libras Esterlinas (255 mil dólares).
Esta acción, que pretende brindar fundamentos a la continuidad de la depredación de los recursos naturales argentinos en el Atlántico Sur, se desarrollará a partir de abril de 2025.
No es solo un proyecto económico, sino una nueva manifestación de la usurpación británica sobre un territorio que pertenece legítimamente a la Argentina.
La legisladora de los usurpadores de Malvinas, Teslyn Barkman justificó los gastos en la consulta argumentando que se busca asegurar que el proceso sea "robusto" y bien documentado. Otro avance en el desarrollo económico de las Islas Malvinas de forma ilegal y sin autorización de Argentina.
Paralelamente, resulta necesario remarcar que nuestro país aprobó recientemente una expedición de Gran Bretaña en aguas nacionales para extraer información pesquera de alto valor para los invasores británicos, quienes podrán de esta forma depredar con mayor intensidad los recursos que deberían estar en manos de los argentinos. Paradójica y nefasta decisión del Consejo Federal Pesquero.
En este marco, en la Cámara de Lores en Londres, se discutió sobre este tema y la Baronesa Chapman, en una respuesta oficial, sostuvo que "los recursos naturales de las Islas Falkland pertenecen a la gente de ese Territorio". Sin embargo, esta afirmación carece de fundamento cuando consideramos que la mayoría de los habitantes de las islas son de origen británico, una población implantada en la isla por el imperio pirata.
La culminación de esta consulta está programada para septiembre de 2025, mientras las ilegítimas autoridades británicas continúan recibiendo informes sobre el posible impacto socioeconómico y ambiental de estas granjas.
Proyectos como la cría industrial de salmones no solo alteran el ecosistema local e impactan negativamente en el aspecto ecológico de la región, sino que además permiten el desarrolló comercial, político y militar del colonialismo anglosajón en una zona donde ya han depredado gran parte de los frutos del mar y en la cual continúan con su expansión militarizando el Atlántico Sur.
La comunidad internacional debería presionar por negociaciones que reconozcan el derecho de Argentina a participar en la gestión de recursos naturales de las Malvinas y, más importante aún, a recuperar el territorio que históricamente le pertenece.
