Argentina continúa con las actividades de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2024/25. Las acciones abarcan desde la actualización hidrográfica de bases clave hasta el retorno de aeronaves de ala fija para tareas de vigilancia y apoyo logístico.
Por un lado, el Servicio de Hidrografía Naval (SHN) ha completado una serie de trabajos cruciales en la Base Antártica Conjunta (BAC) Esperanza, enfocándose en tareas hidrográficas, oceanográficas y de balizamiento.
Tras operar en la BAC Marambio, el equipo liderado por el Capitán de Corbeta Fernando Bravo, a bordo del rompehielos ARA "Almirante Irízar", realizó un exhaustivo relevamiento batimétrico utilizando una sonda multihaz de última generación.
Se trata de un mapeo completo del fondo marino que no solo actualiza la cartografía náutica oficial, sino que también optimiza la seguridad y eficiencia de las unidades navales que reabastecen y rotan las dotaciones de las bases antárticas.
Además, se instaló un mareógrafo fondeable autocontenido en Puerto Moro para renovar los registros mareales, datos esenciales para la navegación y el estudio del cambio climático.
"Esperanza quedó operativa al cien por ciento", indicó el Capitán Bravo, destacando la completa actualización batimétrica, de datos mareales y de posicionamientos GPS de las señales. Luego, el equipo del SHN continuó su labor en las BAC Petrel y Primavera.
Por otra parte, la Armada Argentina ha vuelto a operar aeronaves de ala fija en la Antártida en un hito significativo para la fuerza.
Un TC-12B Hurón, perteneciente a la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima, aterrizó en la Base Antártica Conjunta Petrel, marcando el regreso de este tipo de aeronaves al continente blanco.
El despliegue contó con el apoyo de un P-3C Orion de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, aeronave que permite operaciones de búsqueda y rescate, evacuaciones sanitarias y vuelos logísticos.
El P-3C Orion no solo proporcionó información meteorológica crucial para el vuelo del TC-12B, sino que también realizó un vuelo de vigilancia y control sobre la subárea 48.2 (Islas Orcadas del Sur) en el marco de la operación "MARE NOSTRUM I".
Durante el vuelo de nueve horas, la aeronave sobrevoló la Península Antártica y las Islas Orcadas del Sur, detectando la presencia de trece embarcaciones.
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