El gigante helado A23a, el iceberg más grande del mundo, ha protagonizado un inesperado giro en su deriva por el Atlántico Sur al encallar cerca de las Islas Georgias del Sur, territorio en disputa entre Argentina y el Reino Unido.
Este suceso, plantea nuevas interrogantes sobre su impacto ambiental y las actividades pesqueras ilegales que se desarrollan en la zona bajo licencias ilegítimas otorgadas por el gobierno británico, usurpador de las Islas Malvinas.
Con una masa cercana al billón de toneladas y una extensión que supera el doble del área del Gran Londres, el A23a se desprendió de la Antártida en 1986, permaneciendo varado hasta 2020. Su posterior deriva hacia el norte generó preocupación por su posible impacto en la fauna de las Georgias del Sur, archipiélago estratégico en el Atlántico Sur y cuya soberanía es objeto de disputa entre Argentina y el Reino Unido.
Si bien informes iniciales sugieren que el encallamiento del iceberg a 70 kilómetros de la costa podría reducir el riesgo para la fauna local, la situación exige un análisis más profundo. La presencia del A23a, según expertos del British Antarctic Survey (BAS), podría alterar las operaciones pesqueras en la región, al fragmentarse en trozos más pequeños y peligrosos para la navegación.
Su tamaño colosal y su rumbo hacia las Georgias del Sur generaron preocupación ante la posibilidad de una colisión con la isla o su encallamiento en aguas poco profundas, lo que habría alterado drásticamente el ecosistema marino y la cadena alimentaria.
Sin embargo, el 1 de marzo de 2025, el iceberg sorprendió a todos al detener su avance a unos 73 kilómetros de la costa, quedando varado en una ubicación que no se había anticipado. Este encallamiento inesperado plantea un nuevo escenario con implicaciones aún inciertas.
Si bien el encallamiento del A23a podría reducir el riesgo de un impacto directo en la fauna local, como pingüinos y focas, la fragmentación del iceberg en trozos más pequeños podría dificultar la navegación y complicar las actividades pesqueras ilegales en la zona.
Por otro lado, el derretimiento del hielo podría liberar nutrientes al agua, lo que beneficiaría al ecosistema marino y aumentaría la disponibilidad de alimento para algunas especies. Sin embargo, este efecto positivo podría ser eclipsado por los impactos negativos del cambio climático, principal responsable del derretimiento de los hielos antárticos.
La presencia del A23a en las Georgias del Sur pone de relieve la persistente problemática de la pesca ilegal en el Atlántico Sur. Buques con licencias otorgadas por el ilegítimo gobierno de las Islas Malvinas, usurpadas por Gran Bretaña, depredan los recursos pesqueros argentinos, causando un grave daño al ecosistema marino y vulnerando la soberanía argentina.
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