LOS SINDICATOS Y LA IMPORTACIÓN DE BARCOS

SOLICITADA del ingeniero naval Raúl Podetti; (ITBA), MSE (U.Michigan), MBA(IAE), investigador, docente universitario, consultor y director de la Colección Industria Azul. Ex empresario industrial naval y VP de FINA y ARS - [email protected]

19 de marzo de 2024 23:06

Nos roban 1000 millones de dólares en barcos importados que los argentinos podemos construir competitivamente.

SOLICITADA

En el día de ayer, 18/3/2024, recibí una Carta Documento en la que un sindicato naval me intima a rectificar mi reciente declaración realizada en el portal www.AgendaMalvinas.com.ar, donde expresara mi opinión contraria a la fraudulenta e innecesaria licitación para la importación de barcos para la Prefectura Naval Argentina (PNA), que le roba el trabajo a miles de obreros navales argentinos. En ella hice una mención tangencial al comportamiento de algunos dirigentes sindicales que califiqué de corrupto. Entiendo que la frase a la que alude la Carta Documento y que podría haber puesto en duda el honor de algún sindicalista naval es la del quinto párrafo de la publicación de Agenda Malvinas del 10 de marzo a las 13:56, titulada “Piden a Milei que frene la licitación internacional de barcos para la Prefectura” (https://agendamalvinas.com.ar/noticia/piden-a-milei-que-frene-la-licitacion-internacional-de-barcos-para-la-prefectura).

La publicación de esta nota ayudó a que (apenas horas antes de concretarse la compra ilegal) el gobierno suspendiera un nuevo fraude naval colosal (400 millones de dólares) importando barcos innecesarios y que por ley deberían construirse en el país.

Al respecto, necesito aclarar, rectificar y excusarme públicamente si se ha mal interpretado que yo inculpo a algún sindicalista naval de recibir sobornos a cambio de su opinión a favor de la importación de barcos. No. No he visto ni tengo pruebas de tales sobornos. Por lo tanto me excuso públicamente ante quien pueda haber entendido tal cosa.

En mi nota pretendí referirme al concepto más amplio de la corrupción que, por ejemplo, explica el historiador Keith Schoppa diciendo que el soborno no es la única herramienta de la corrupción, la que incluye también "la malversación, el nepotismo, la extorsión, el amiguismo, las comisiones ilegales, el engaño, el despilfarro de dinero público, la manipulación de acciones y el fraude".  O cuando el especialista Hernández Gómez indica que la corrupción se define como “toda violación o acto desviado, de cualquier naturaleza, con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión de los deberes institucionales, de quien debía procurar la realización de los fines de la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta”.

Y es en este sentido amplio que ratifico mi opinión sobre el entramado corrupto que hay alrededor de la compras navales estatales argentinas que ya conforman una matriz de corrupción sistémica, como lo demuestran los Anexos presentados aquí. En ellos se muestra que Argentina pagó el doble del precio de mercado (704 millones de dólares) en las últimas compras navales estatales de PNA y ARA, y el triple del valor pagado por Uruguay por el mismo tipo de barcos. Y para peor, esos carísimos barcos ya comprados ni siquiera se usan, y ahora quieren hacernos pagar por otros cuatro barcos iguales en vez de usar los que están inactivos y amarrados en Mar del Plata (¡es de locos!).

El otro Anexo resume el resultado de un estudio internacional reciente, Government Defense Integrity, que mide el nivel de corrupción en compras estatales para Defensa y Seguridad; gracias a la corrupción en PNA y ARA, nos ubicamos entre los países más corruptos del mundo, y con esta nueva compra se confirmaría la continuidad en esa pole position.

Por tratarse justamente de un problema sistémico, evito limitar mi enfoque a la corrupción individual de personas específicas. Es que los responsables han ido variando en el tiempo, pero la matriz de corrupción naval sigue intacta y debería decir que, en realidad, se va fortaleciendo.

En los últimos años, en forma muy sospechosa, PNA importó 40 barcos que podrían haberse construido en la Argentina (los últimos cuatro en 2017, al doble del precio de mercado según pruebo en mi denuncia radicada en Comodoro Py EX 2021-125504232-APN-OA#PTE). Y ahora se pretenden importar otros 4 sencillos barcos por cerca de 400 millones de dólares. Para convalidar esta importación ilegal, al filo de su gestión, el gobierno anterior logró el apoyo de algunos sindicalistas navales. Esto ocurrió en la última reunión del Consejo Asesor de la Industria Naval, y para ocultar esta maniobra, el gobierno saliente nunca hizo públicas estas declaraciones como era su deber, a pesar de serles exigidas en varias ocasiones.

 Sugiero (no exijo, ni intimo) que quienes se sientan aludidos en su honor por mis declaraciones, hagan públicas las múltiples acciones que seguramente han realizado en estos 90 días para evitar esta importación ilegal de barcos. Podrían indicarnos a los argentinos, y en especial a los obreros navales, las múltiples declaraciones y movilizaciones enérgicas contrarias a este fraude que seguramente han hecho ya que no sería entendible que la única reacción ante este escándalo sea una carta documento contra mi persona.

Si por error u olvido no se hubiesen manifestado aún en contra de este fraude, les propongo (no exijo, ni intimo) que por este mismo medio expresen libremente su firme y claro rechazo a esta innecesaria importación. Un firme rechazo como el que propongo que hagan público, ayudaría a detener este robo del trabajo naval nacional.

Comparto sólo unas cifras que ayudan a tomar dimensión del colosal tamaño de la depredación del Estado Naval Argentino: con esta compra de PNA, el valor de las innecesarias importaciones de barcos estatales en siete años superan los 1000 millones de dólares. Esto es unas siete veces la producción de toda la industria de construcción naval nacional. Si no nos hubieran robado esos 1000 millones dólares, y hubiesen permitido construir los barcos competitivamente en el país, como era y es posible, contaríamos hoy con una industria naval pujante como la que estoy comprometido a recrear a pesar de las cartas documentos y amenazas que reciba.

Estimados sindicalistas navales, lamento muchísimo estar enfrentado a algunos de ustedes en este tema. La ley es clara, estuvimos juntos en su redacción: estos sencillos barcos no se pueden importar legalmente. Ni uno, ni dos, ni tres, ni cuatro. Dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada. Es la famosa grieta que hay que reconocer y, sobre todo, superar. Sí, estamos en dos veredas distintas. Los invito a compartir la vereda del sol para que juntos podamos reconstruir la Nación, dentro de la ley y promoviendo el desarrollo competitivo argentino antes que el extranjero.

 

ANEXOS

 

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COMENTARIOS

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Fer hace 8 meses

SEría bueno dar prioridad a los profesionales argentinos y particularmente a los astilleros y capacidades argentinas en el tema!!!

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