En Tierra del Fuego, el sector metalúrgico elevó su voz de firme oposición a la polémica iniciativa del gobierno nacional de instalar una base militar en colaboración con Estados Unidos en la ciudad de Ushuaia.
La Unión Obrera Metalúrgica seccional Río Grande (UOMRG), a través de su dirigente Pablo Ibáñez, hizo conocer la contundente postura del sector, tildando la propuesta oficial de "flagrante traición a la Patria", marcando una clara línea de conflicto con el gobierno nacional.
Las críticas surgen como respuesta directa a las declaraciones del candidato a diputado nacional por La Libertad Avanza en la provincia, Miguel Rodríguez. En una entrevista para el programa “Buenas tardes China”, Rodríguez afirmó que su espacio político “acompaña a este gobierno nacional” en todas sus medidas, refiriéndose explícitamente a este proyecto de defensa.
Al ser consultado nuevamente para confirmar su postura, el candidato fueguino ratificó: “Sí, obviamente, estoy a favor”. Rodríguez intentó matizar la propuesta, indicando que no se trataría de una base exclusiva de Estados Unidos, sino de “una base con colaboración” con ese país.
Para la UOM, esta distinción no modifica el fondo del asunto. Ibáñez fundamentó el rechazo en el historial de su organización, señalando que, como parte de una entidad que “jamás cesó de marchar en defensa de la soberanía Argentina y sobre Malvinas”, no pueden avalar una medida que, a su juicio, “entrega nuestro territorio y pone en riesgo nuestra soberanía”. El dirigente enfatizó que esta postura choca con la defensa histórica de la soberanía que caracteriza a la provincia.
La situación estratégica de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur convierte a este tema en una cuestión de sensibilidad geopolítica extrema. La provincia funciona como puerta de entrada a la Antártida y es la porción del territorio continental más cercana a las Islas Malvinas, sosteniendo un reclamo de soberanía que ha sido, hasta ahora, central en la política exterior argentina.
La posibilidad de una presencia militar en Ushuaia de Estados Unidos, socio principal de la potencia usurpadora de Malvinas, es claramente un precedente que contradice los principios de no alineamiento y defensa irrestricta del territorio.
Además, el posicionamiento de la UOM no es un hecho aislado, sino que se integra a un creciente mosaico de rechazos dentro de la sociedad fueguina. En tal caso, representa la reacción orgánica de un sindicato con peso específico en la provincia, estableciendo una fractura palpable con el espacio oficialista a nivel local.
El episodio, por otra parte, coloca a La Libertad Avanza ante una de las primeras resistencias estructuradas en la delicada materia de la soberanía nacional, un principio que, en el extremo austral, debería trascender las fronteras partidarias.