Anoten los políticos fueguinos. No hubo en Río Grande, ni en Ushuaia, ni en ningún recinto de la Tierra del Fuego, un discurso tan ardiente, tan documentado, tan visceral en defensa del régimen industrial local como el que pronunció Nahuel Arscone, concejal justicialista de San Rafael, Mendoza.
Mientras la política austral se limitó a declaraciones tibias o al silencio cómplice frente al decreto 333/2025 -que reduce aranceles a celulares importados y amenaza la industria fueguina- Arscone desplegó un análisis demoledor, una defensa apasionada y una visión geopolítica que dejó al descubierto la desidia de quienes deberían estar alzando la voz.
En una sesión del Concejo Deliberante de San Rafael, con los mapas de la Argentina bicontinental y de Tierra del Fuego desplegados, el concejal mendocino lanzó: "¿Por qué muestro esto del mapa de la Argentina Bicontinental nuevamente? Porque este decreto 333 del 2025 estipulado por este cerebro, Sturzenegger, que dijo 'Tierra del Fuego debería convertirse en un parque de diversiones'. Esto es lo que dijo Sturzenegger, que Tierra del Fuego tiene que ser un parque de diversiones".
Mientras la política fueguina se limita a declaraciones tibias, Arscone desnudaba la gravedad del momento: "Hoy están tambaleando 7.000 puestos de trabajo en nuestra isla de Tierra del Fuego, en una población que casi tiene la de San Rafael. Es lo mismo que a San Rafael le pase algo similar y estén 7.000 familias por quedarse sin laburo ¿De qué corno de manzanita más barata me estás hablando?"
Con precisión de historiador, Arscone recordó los orígenes del régimen promocional: "Vamos a hacer un poquito de historia legal. ¿Saben lo que se quiere bochar con el decreto 333-2025? Lo que se quiere bochar es la ley 19.640 de 1972, que es la promoción industrial y económica de nuestra isla de Tierra del Fuego... Los ideólogos de esa ley, fueron Juan Perón... pero también Ernesto Campos, un frondizista radical desarrollista”.
Y conectó pasado con presente de manera brutal: "Cuando la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, tenía escasamente 5.000 habitantes, hoy tiene prácticamente 190.000 habitantes. Muy parecido a los habitantes que tiene San Rafael”.
Arscone no se limitó a datos. Arremetió contra la frivolidad del debate: "Entonces uno pensaba, la pucha, cómo podemos nosotros estar analizando este decreto viendo si se puede comprar o no un iPhone y si va a ser más barato o no. Pero en qué país estamos viviendo, señor presidente, con los quilombos sociales que tenemos, con lo que cuesta llegar a fin de mes... y a nosotros de Buenos Aires nos quieren hablar que va a ser más barato comprar un celular con el logo de la manzanita con la mordida. Nos están tomando el pelo”.
Su indignación alcanzó picos al denunciar la desidia logística: "Les pregunto, ¿cómo llegamos a Tierra del Fuego desde acá desde Mendoza? ¿Cómo llegamos? En avión los que pueden, y si no, te tenés que ir por ruta, y tenés que cruzar vía Chile.¡Vía Chile! Y me venís a hablar de iPhone, Sturzenegger y toda esta clase berreta dirigencial política que me tiene cansado. ¡Córranse, viejo! Que venimos a Argentina pidiendo pista. Yo quiero que la Argentina continental se una por cruce por aguas argentinas, no quiero pasar más por Chile. ¿Qué me calienta el iPhone?"
La realidad que desnuda cada una de sus palabras es dónde están los defensores fueguinos de su propia industria. Arscone lo dijo sin tapujos: "El Fondo Monetario Internacional, en la bendita letra chica, nos habla de la necesidad de abolir esta ley. ¿Pero ustedes por qué piensan que el Fondo quiere que salga el mamarracho del decreto 333? ¿Porque quieren vender más iPhone? No, porque les interesa geopolíticamente el sur argentino".
Mientras el Gobierno insiste en el libre mercado y muchos fueguinos callan, las palabras auténticas de Arscone resonaron como un aldabonazo: "Esto no es solo economía, es soberanía. Y si no lo entendemos, nos estarán vendiendo espejitos de colores mientras desmantelan la Argentina. Esa es la verdad que no se nos dice".
En el final, su advertencia quedó patente sin fisuras: "Están poniendo en riesgo el futuro de mis hijos, de mis nietos, de los hijos de ustedes y de los nietos de ustedes". Una advertencia que, en boca de un mendocino, sonó más fueguina que todas las voces australes juntas.
Mientras el Gobierno insiste en que el decreto 333 es una "medida de libre mercado", y muchos fueguinos miran para otro lado, la voz de un mendocino, lejana geográficamente, pero cercana en convicción, resuena como un campanazo: "No nos quedemos con la noticia hueca del iPhone barato. Esto es más profundo: es la pulseada entre un país que se rinde y uno que lucha por lo suyo".
Y en esa pulseada, por ahora, Nahuel Arscone parece estar más solo que nunca. Pero también más lúcido que todos.
