La insólita situación de un argentino oriundo de Ushuaia, enrolado supuestamente bajo engaños en el ejército ruso y actualmente atrapado en el frente de guerra contra Ucrania, conmociona al país. Su padre, gravemente enfermo, libra una batalla contra el reloj y la burocracia internacional para lograr su repatriación, en medio de un escenario de extrema confusión y desesperación.
Dante Bettiga, un estudiante de Relaciones Internacionales de 23 años, partió de Ushuaia y arribó a Rusia en febrero de 2024 con el objetivo de aprender el idioma. Sin embargo, su sueño académico se transformó en una pesadilla hacia fines de año, cuando, al enfrentar la caducidad de su visa de estudiante, supuestamente fue víctima de un ardid.

La información publicada en medios argentinos indica que dos brasileños lo convencieron de alistarse en el Ejército ruso, asegurándole que realizaría solo tareas administrativas, obtendría la residencia en un plazo de tres meses a un año y, crucialmente, no pisaría el frente de batalla.
De promesa a trampa
Tras firmar un contrato con una empresa privada que provee soldados a la Federación Rusa, su realidad cambió drásticamente. Después de apenas dos semanas de instrucción militar y prácticas de tiro en las afueras de Moscú, fue enviado directamente a la región de Donetsk, en el este de Ucrania.
El sur de Suramérica no está muy al tanto que la región de Donetsk, junto con partes de Lugansk, siguen siendo el epicentro de los enfrentamientos más cruentos y feroces. Es donde Rusia ha concentrado gran parte de sus esfuerzos ofensivos y donde Ucrania mantiene importantes fortificaciones.
El desesperado mensaje que envió a su padre, Juan Bettiga, habla por sí solo: "Estoy en la línea de fuego, sacame de acá, me quiero volver a Argentina como sea".
Ante la negativa de las autoridades militares rusas de concederle la baja a su hijo, Juan Bettiga inició una cruzada personal.
Presentó una nota formal y urgente al ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, solicitando la "inmediata dispensa" de Dante por razones humanitarias.
La gravedad de su propio estado de salud -padece cáncer de hígado- añade un factor crítico al reclamo, por lo que adjuntó su historia clínica al petitorio.
La ruptura de las relaciones bilaterales entre Argentina y Rusia complica enormemente la gestión. Si bien la Cancillería Argentina y la Embajada en Moscú han intervenido, los canales oficiales parecen obturar cualquier respuesta.
Mientras las gestiones avanzan con lentitud, un padre en Ushuaia espera, aferrado a un mensaje y a la frágil esperanza de poder abrazar nuevamente a su hijo, cuyo error fue creer resolver su permanencia legal en Rusia, a través de una oferta laboral que lo llevó, insólitamente; del aula a la trinchera.