La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la empresa VENG firmaron un contrato para avanzar en el desarrollo del lanzador argentino de satélites "Tronador II", en un acto en el que participaron el presidente Alberto Fernández y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva Daniel Filmus.
El anuncio implica una inversión de 9.730 millones de pesos destinados al desarrollo de un prototipo y de la infraestructura auxiliar prioritaria.
El impulso del proyecto Tronador II permitirá que la Argentina complete el dominio de la tecnología espacial necesaria para poner en órbita satélites propios desde nuestro territorio, diseñados y fabricados en el país, y poder ofrecer este servicio a otros países de la región y del mundo.
En la actualidad sólo 10 países dominan el ciclo espacial completo, esto significa tener la capacidad de fabricar satélites, sus lanzadores y contar con plataforma de lanzamiento propia, informaron desde el Ministerio de Ciencia. Ofrecer servicios de lanzamiento a otros países además implicaría la generación de divisas.
Para avanzar en el desarrollo del lanzador, de aquí a 2030 se realizarán ensayos con los vehículos denominados TII-70 y TII-150. "El principal objetivo es ir ganando experiencia y madurez en el desarrollo de algunos componentes, sobre todo en la propulsión, con vehículos de menor tamaño, con menos riesgo y costo, que nos permitan hacer varios vuelos hasta validar el motor y los subsistemas, hasta llegar al TII-250", indicó Raúl Kulichevsky, presidente del Directorio de la CONAE.
Además, simultáneamente se está trabajando en el desarrollo de la infraestructura asociada, como el banco de ensayos y la plataforma de lanzamiento en el Centro Espacial Manuel Belgrano (CEMB).
Los prototipos TII-70 y TII-150 servirán para poner a prueba los motores que llevará a bordo el lanzador Tronador II-250. El proyecto prevé lanzar el TII-70 a comienzos de 2026 y se espera que realice un vuelo suborbital a 150 kilómetros de altura.
"Para llegar al TII-250 necesitamos construir y ensayar lanzadores previos para crecer en el dominio de la tecnología. Es lo que hacen otras empresas espaciales conocidas como SpaceX, en Estados Unidos, o Ariane, en Europa. Ningún país logra en el corto plazo el desarrollo de un lanzador satelital. Además, hay dos factores que Argentina requiere y que otros países como los anteriormente mencionados sí tienen: crecer en infraestructura espacial y tener un presupuesto estable en el tiempo, que no dependa de una gestión de Gobierno. Para cumplir este objetivo es necesario que esto sea una política que se sostenga a lo largo del tiempo", explicó Marcos Actis, presidente de VENG.
La firma VENG, especializada en actividad espacial, es una empresa de servicios y desarrollos tecnológicos de alto valor agregado, y está constituida como sociedad anónima con participación estatal mayoritaria a través de la CONAE.
Fuentes: