En un artículo publicado hace 48 horas, en el sitio web del Centro de Estrategia marítima de los EE.UU, Michael D. Purzycki; quien además de analista, escritor y editor, ha trabajado para la Armada, el Cuerpo de Marines y el Ejército estadounidense; le dice al gobierno de su País, que “No debería ignorar el Atlántico Sur". Argumenta que, a pesar de la atención en el Atlántico Norte, debe considerar el Atlántico Sur como una zona de potencial tensión, y propone que establezca buques de guerra en las Malvinas para disuadir a Argentina y reducir tiempos de despliegue a otras zonas críticas como el Mar Rojo.
El texto analiza el papel de actores como Brasil (con creciente relación de defensa con el Reino Unido) y China (con inversiones en infraestructura marítima en Argentina y Brasil). También menciona a Sudáfrica, que realiza ejercicios navales con China y Rusia. Para mantener la estabilidad, el autor sugiere que Estados Unidos proporcione equipo militar a Argentina y Brasil, asunto que efectivamente EE.UU está logrando, sobre todo en Argentina.
Malvinas en un Escenario Global de Conflictos
La sugerencia del autor de posicionar buques de guerra estadounidenses en las Islas Malvinas, en el contexto actual de dos frentes de guerra activos (OTAN-Rusia en Ucrania e Israel-Irán en Oriente Medio), donde Gran Bretaña y EE.UU. UU. ya ejercen un liderazgo militar decisivo, genera una profunda preocupación geopolítica.
Esta propuesta, de concretarse, no es una medida aislada; se inscribe en un panorama de creciente militarización y redefinición de esferas de influencia en el Atlántico Sur. Por ejemplo, en la violación de Resoluciones de la ONU y Acuerdos de Paz.
Posicionar buques de guerra estadounidenses en Malvinas, donde el Reino Unido ya tiene la base Mount Pleasant/Monte Agradable (utilizada por unidades de EE. UU. y Kosovo, miembros de la OTAN), será percibido como una escalada militar y una clara violación de estas resoluciones. Además, irá directamente en contra de los principios de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS) , que busca la desmilitarización de la región. La misma Gran Bretaña y EE.UU. abogan por el derecho internacional en Ucrania, evidenciarían un claro doble estándar.
Expansión de la OTAN y Tensión Regional
Si bien en términos geográficos, las Islas Malvinas están fuera del área de operaciones tradicionales de la OTAN, la existencia de submarinos nucleares estadounidenses como lo ocurrido en 2021, y ahora el pedido de tener presencia con buques de guerra de un miembro clave como EE.UU, consolida una influencia militar de la alianza en una zona disputada. Dejando en clara evidencia, que en Malvinas la presencia de la organización militar atlántica ya no está sujeta a interpretaciones, sino que visiblemente a las actuaciones y decisiones que los dos países rectores del aparato militar multilateral que ellos mismos financian.
La propuesta surge cuando el gobierno de Javier Milei ha manifestado interés en asociarse a la OTAN e incorporar militarmente a EE.UU en el desarrollo antártico argentino a través de la construcción de una Base Naval Integrada en Ushuaia.
Con dos frentes de guerra activos -en Ucrania y en Irán-, donde EE.UU y el Reino Unido son actores principales, la apertura de un tercer foco de tensión en el Atlántico Sur sería extremadamente peligrosa. La militarización de una zona sensible como Malvinas, bajo el pretexto de disuasión, será percibida como una provocación por Argentina y por gran parte de los países que abogan por ponerle fin al colonialismo en el mundo.