En un evento cargado de significado histórico y emocional, la ciudad de Río Grande se convirtió en escenario de un acto inédito de reafirmación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.

El intendente Martín Pérez formalizó la entrega de las primeras licencias de conducir con domicilio establecido en Puerto Argentino, Islas Malvinas, a dos veteranos de la guerra de 1982, Raúl Rosales y Rodolfo Antúnez.

La ceremonia, calificada por las autoridades como un paso fundamental en la consolidación de la ciudad como “Ciudad de la Soberanía”, contó con la presencia de los secretarios de Gobierno, Gastón Díaz, y de Gestión Ciudadana, Gonzalo Ferro.

En el acto de entrega, Pérez subrayó el valor concreto y simbólico del gesto de los excombatientes al constituir domicilio en las islas. “Estamos orgullosos. Los recibimos, los abrazamos y valoramos este gesto tan importante que es, ni más ni menos, que educar también a nuestros vecinos y vecinas en lo que es la defensa de nuestra soberanía”, afirmó. El intendente expresó su esperanza de que esta acción sea la primera de muchas, reforzando el carácter simbólico de Río Grande en la causa nacional.

Por su parte, el veterano Rodolfo Antúnez transmitió la abrumadora carga emotiva que representa portar un documento con esa dirección. “Obtener este carnet, que lleva el nombre de Puerto Argentino y los 632 soldados que quedaron allá, custodiando nuestra tierra”, declaró, remarcando que se trata de un honor y un homenaje directo a quienes hicieron el sacrificio supremo. Agradeció además la calurosa recepción de las autoridades locales, dejando constancia de un recuerdo imborrable de la ciudad.

El secretario de Gestión Ciudadana, Gonzalo Ferro, enfatizando el carácter histórico de la medida. “Estamos orgullosos que, desde Río Grande, la Ciudad de la Soberanía, el Municipio emita por primera vez licencias de conducir a veteranos de Malvinas con domicilio en las Islas”, señaló, definiendo la acción como un firme acto de reafirmación de los derechos argentinos mediante la vía pacífica y legítima de la diplomacia y la memoria.

Fuente:

El Diario del Fin del Mundo