El RRS Sir David Attenborough, el buque polar británico operado por el British Antarctic Survey (BAS) retomó su ruta hacia la Antártida, tras una escala logística en Montevideo. Soltó amarras este lunes 11 de noviembre a las 18:05 horas y actualmente navega por aguas jurisdiccionales argentinas con destino a la Base británica Rothera, teniendo previsto otra escala previa en la Base Signy en las Islas Orcadas del Sur; donde se espera su arribo el próximo lunes 17 de noviembre.

Su periplo
El viaje del rompehielos ha sido una manifestación operativa de la estrategia británica de presencia constante en la región. Su periplo hasta la fecha incluye:
1. Salida del Reino Unido: Zarpó de Plymouth en 13 octubre de 2025.
2. Escalas Logísticas: Realizó paradas en Madeira (Portugal) y, más recientemente, el 7 de noviembre amarró en el puerto de Montevideo, Uruguay.
3. Ruta Actual: Tras dejar este lunes 11 Montevideo, ha ingresado en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina, navegando directamente hacia el sur, evitando las costas patagónicas, pero sin salir del área de control y soberanía económica de Argentina.
La significancia política
- Violación de Soberanía: El Sir David Attenborough navega portando la bandera ilegal de las "Falklands Islands", un pabellón que Argentina desconoce por completo. Su tránsito por aguas bajo jurisdicción argentina con este emblema es una violación flagrante a la soberanía nacional y una provocación directa a la disputa territorial.
- Hecho Consumado: Esta rutina anual del buque, que incluye tránsitos por la ZEE y la temporada pasada por el Estrecho de Le Maire, busca establecer un "hecho consumado" que normalice la presencia y el pabellón británico en áreas marítimas argentinas, debilitando la postura de reclamo soberano.
- Contexto de pasividad: La navegación se produce en un contexto de aparente pasividad diplomática por parte del gobierno argentino. Mientras que las fuerzas militares y de control marítimo (Prefectura Naval) tienen conocimiento de su ubicación, la falta de una protesta formal y enérgica ante la Cancillería uruguaya y el Reino Unido es interpretada como una concesión tácita a la estrategia de ocupación británica en el Atlántico Sur.
La llegada del buque a la Antártida marcará un hito en la campaña polar, pero su travesía por el sur de Sudamérica subraya que la disputa por las Islas Malvinas se libra no solo en el plano diplomático, sino a través de actos de presencia física y logística marítima. El control británico sobre el Atlántico Sur se ejerce, una vez más, bajo el silencio oficial.