Milei desprecia la Bandera Nacional, al Pueblo Argentino y al General Belgrano

En otra demostración del desprecio que siente por la celeste y blanca, Javier Milei pegó el faltazo al acto por el Día de la Bandera en Rosario. Una actitud reprochable que los argentinos y argentinas no debemos olvidar.

22 de junio de 2025 12:25

No fue a Rosario; encabezó el acto por el Día de la Bandera, en el Campo Argentino de Polo.

Javier Milei decidió no asistir al tradicional acto frente al Monumento a la Bandera en Rosario y en su lugar eligió conmemorar el aniversario del fallecimiento del general Manuel Belgrano con una actividad en la ciudad de Buenos Aires. Para eso encabezó, este viernes, el acto por el Día de la Bandera, en el Campo Argentino de Polo, ubicado en el barrio porteño de Palermo, “donde brindó un breve discurso en el que volvió a cuestionar a lo que denomina la ‘casta’ política a la que acusó de utilizar a las Fuerzas Armadas como ‘chivo expiatorio’ para justificar la reducción del gasto en defensa”, tal como señala Crónica.

Participaron de la ceremonia junto al impresentable inquilino de la Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y los ministros Patricia Bullrich (Seguridad), Luis Petri (Defensa), Mario Lugones (Salud), Federico Sturzenegger (Transformación y Desregulación del Estado) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia). Además, asistieron las secretarias Karina Milei (general de la Presidencia) y María Ibarzabal Murphy (Legal y Técnica); el vocero presidencial, Manuel Adorni, y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem.

Hace unos años atrás, Milei dijo en una entrevista que: “Las banderas y esas cosas son fronteras. Cuando festejan el día de la bandera, para mí es como que veo un muro, así todo de ladrillos. Así yo veo a la bandera”. Nada nos puede sorprender, ya que cuando era candidato a presidente, en plena campaña enarboló la insignia del Estado de Israel. Toda una afrenta al pueblo argentino y a la Patria.

El 27 de febrero de 1812, Belgrano estableció una segunda batería a orillas del Paraná a la que denominó Independencia, dotada de tres cañones, munición y guarnición. Ante ella hizo enarbolar una bandera celeste y blanca ordenando a sus tropas: “Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y la Libertad”.

 

Habrá que recordar que, a diferencia de Milei; marioneta del imperialismo angloyanqui sionista; el general Manuel Belgrano fue uno de los próceres más abnegados de nuestra historia. Un verdadero patriota y revolucionario, capaz de darlo todo por la Patria.

Un hombre que supo encarnar lo mejor del espíritu de la Revolución de Mayo y que cuando, por un instante, muchos flaquearon ante las intrigas y maniobras de la contrarrevolución que pretendía imponer a Baltasar Hidalgo de Cisneros al frente del primer gobierno patrio, no dudo en hacer públicamente el siguiente juramento poniendo su mano derecha sobre la cruz de su espada: “¡Juro a la Patria, y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese sido derrocado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas”.

Una personalidad sin dobles discursos que era movilizado por un objetivo principal: la liberación de la Patria de la tiranía española y el bienestar y felicidad del pueblo.

Un verdadero promotor de ideas de avanzada para su época, un gran estudioso y divulgador de la economía política que no escatimó esfuerzos para poder hacerlas realidad.

Un defensor de la agricultura, la industria y el comercio que batalló incansablemente por tratar de hacer entender a sus contemporáneos que las ideas tenían que ser puestas al servicio de la causa del pueblo, de “los verdaderos hijos de la Patria”, y no de los intereses de minorías oligárquicas a los que llamó “los desnaturalizados” que solamente defienden el interés propio en detrimento del interés general.

Belgrano además de un precursor del periodismo fue un gran divulgador de ideas y propuestas pedagógicas y educativas.

El estratega que lideró el éxodo jujeño, esa proeza realizada por las fuerzas del Ejercito del Norte y la población que son un claro ejemplo de lo que puede hacer un pueblo en armas resuelto a luchar hasta las últimas consecuencias por su liberación y la de su territorio. Estrategia que abonó el terreno para el triunfo de las armas patriotas, primero en Tucumán y luego en Salta.

Nunca olvidemos que esa enseña patria, que siempre nos llenó de orgullo, representa los más altos valores y objetivos de la Revolución de Mayo. Que también fue sobre la que juraron los Congresales de Tucumán, que advirtieron que en estas tierras no había lugar para la tiranía, al exclamar: “Ni amo viejo, ni amo nuevo. Ningún amo”. Y que fue la misma que enarboló el general San Martín, cuando al frente de nuestros granaderos, cruzó los Andes para concurrir en auxilio de los pueblos hermanos de Chile y Perú.

Que diferencia abismal existe entre aquel Belgrano, héroe de nuestra independencia y creador de nuestra bandera nacional, con éste pigmeo que se arrastra ante los grandes poderes del imperialismo occidental: Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel.

 Fuente:

 Crónica

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