A 192 años de la usurpación británica de las Islas Malvinas, los periodistas Ezequiel Magnani y Mariana Altieri proponen un renovado enfoque en la política de defensa de Argentina. Su análisis, publicado en cenital.com, destaca la necesidad urgente de romper el aislamiento impuesto por el Reino Unido para recuperar la soberanía sobre el archipiélago, en un contexto en el que la falta de acción ha debilitado la posición argentina.
Desde el fin de la Guerra de Malvinas en 1982, el Reino Unido ignoró repetidamente los llamados argentinos a negociar la soberanía y, al mismo tiempo, ha militarizado la región, afianzando su dominio.
Esta tendencia ha consolidado un statu quo que favorece a Gran Bretaña, permitiéndole sostener su presencia militar sin depender de la cooperación argentina, lo que plantea un desafío crítico: cómo desmantelar este aislamiento que refuerza su control.
Magnani y Altieri argumentan que el Reino Unido no ha enfrentado costos significativos por su negativa a dialogar, lo que debe cambiar.
La clave para Argentina es crear una percepción británica que lleve a negociar en lugar de permanecer en la inacción. Para ello, los autores enfatizan la necesidad de priorizar la dimensión militar en la estrategia de recuperación de las islas.
Para fortalecer la defensa nacional, sugieren que la política debe enfocarse no solo en las Malvinas, sino también en las Islas San Pedro e Islas Esquivel (Georgias del Sur y las Sandwich del Sur). Esto demandaría un considerable aumento del presupuesto de defensa, reforzando recursos humanos, infraestructura y logística frente a esta amenaza.
Entre las propuestas se incluyen la creación de la X Brigada Aérea en Río Gallegos y la modernización de la base naval en Ushuaia. Actualmente, Argentina destina solo un 0,7% de su PIB a defensa, cifra que debería elevarse entre un 1,5% y un 2% para poder competir con el presupuesto militar británico.
Incrementar los gastos en defensa no sería solo vital para modernizar las capacidades militares, sino que también es fundamental para revertir una tendencia de reducción de inversiones que ha dejado a Argentina en el tercer lugar en gasto militar en la región, siendo que antiguamente se ubicaba en el primer puesto. Esta pérdida de posición ha limitado su capacidad de actuar frente a la ocupación británica.
La estrategia de defensa no se debe limitar al ámbito nacional; también debe contemplar el contexto internacional. Los autores subrayan que Argentina necesita seleccionar aliados en función de su capacidad para imponer costos al Reino Unido, no por afinidades ideológicas.
La relación con la OTAN y Estados Unidos presenta tanto beneficios como desafíos. Mientras que la OTAN podría ofrecer valiosa información, también podría reforzar la percepción británica de que Argentina es inofensiva, lo que juega en contra de nuestro interés soberano.
Además, el acercamiento a Estados Unidos, aunque pueda brindar acceso a sistemas armamentísticos modernos, conlleva incertidumbres debido a su estrecha relación con el Reino Unido. Por lo tanto, Argentina debe equilibrar sus estrategias de defensa y diplomacia, considerando que cualquier cambio en el statu quo implicará necesariamente la participación de Estados Unidos, que ejerce control sobre la seguridad de la región.
En conclusión, Magnani y Altieri instan a Argentina a adoptar una política de defensa revisionista. Esta postura no solo busca el fortalecimiento geopolítico en el Atlántico Sur, sino que también pretende aumentar los costos para el Reino Unido y generar incentivos para el diálogo.
Los periodistas proponen romper con el aislamiento territorial y artificial de las Islas Malvinas respecto de Argentina mediante una estrategia activa que busque restablecer vínculos significativos.
Argumentan que este aislamiento ha beneficiado al Reino Unido, permitiéndole mantener su control sin consecuencias por su negativa a dialogar. Para revertir esta situación, sugieren fortalecer la presencia militar argentina en la región y aumentar la inversión en defensa, logrando así que Gran Bretaña perciba costos ante su falta de cooperación.
Resaltan la importancia de establecer relaciones diplomáticas y de defensa que eleven los costos para el Reino Unido, facilitando un enfoque que genere incentivos para el diálogo y la negociación de la soberanía sobre las islas.
FUENTE: