La Embajada del Reino Unido en Argentina ha anunciado a los finalistas del concurso “Conociendo a nuestros vecinos de las Falklands”, una iniciativa que, lejos de ser un simple intercambio cultural, constituye una flagrante provocación y un acto de propaganda colonial en territorio argentino.
Esta acción, que invita a jóvenes universitarios a visitar las islas con todos los gastos cubiertos, es parte de una ofensiva de “soft power” que busca erosionar el reclamo de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y normalizar una situación de ocupación ilegal.
El certamen, organizado por el autodenominado "Gobierno de las Islas Malvinas" y las embajadas británicas de la región, pide a los participantes responder en un video por qué les gustaría "conocer a sus vecinos de las Islas Falkland". Al usar esa denominación y referirse a los habitantes como "vecinos", Gran Bretaña intenta legitimar su control sobre el archipiélago y desdibujar su condición usurpador.
La polémica no es nueva. Es la sexta edición del concurso y, una vez más, tiene como objetivo principal reclutar jóvenes para convertirlos en propagandistas de la narrativa británica.
Los ganadores deben ser activos en redes sociales y compartir su experiencia, convirtiéndose en vehículos de una campaña de desmalvinización que busca minar el apoyo al reclamo soberano en el propio país.
El preocupante silencio oficial
Frente a esta ofensiva, la respuesta de las autoridades argentinas ha sido, en gran parte, de un preocupante silencio. A diferencia de años anteriores, cuando la Cancillería expresó un “categórico rechazo” al certamen, en esta ocasión no ha habido pronunciamientos contundentes del Gobierno nacional.
Esta falta de reacción oficial es alarmante, ya que valida por omisión la estrategia británica y permite que esta acción colonizante se desarrolle sin la oposición esperada.
Este silencio contrasta fuertemente con la postura de otros actores. El Gobierno de Tierra del Fuego y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF) han sido los primeros en levantar la voz. A través de una nota formal, solicitaron al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que rechace el concurso y desincentive la participación estudiantil, reafirmando el compromiso con la defensa de la soberanía. De manera similar, parlamentarios del Mercosur han impulsado una declaración para repudiar el certamen, calificándolo de un intento de “manipulación cultural y política”.
La ausencia de una respuesta unificada y enérgica del Estado argentino es un factor que debilita el reclamo de soberanía. Permitir que la Embajada Británica lleve adelante este tipo de acciones en nuestro propio suelo, con la anuencia tácita de organismos gubernamentales y académicos, es un acto de grave desidia que va en contra de la causa Malvinas y de la memoria de quienes lucharon por ellas.
La disputa por las Malvinas no solo se libra en los foros internacionales y en los libros de historia, sino también en el plano simbólico. Cada acción que busca normalizar la ocupación británica debe ser denunciada y enfrentada con firmeza. El concurso de la Embajada Británica no es un inocente intercambio; es una afrenta a nuestra soberanía. Es imperativo que las autoridades argentinas rompan el silencio y defiendan con vehemencia lo que es de todos los argentinos.
Los finalistas del concurso de la vergüenza
La Embajada Británica ha dado a conocer los nombres de los 10 finalistas del concurso, provenientes de distintas universidades argentinas. La lista es un claro reflejo de la penetración de esta iniciativa en el ámbito académico nacional, un hecho que debería encender todas las alarmas en el sector educativo y en las autoridades nacionales:
- María Abril Aquistapace (Universidad de San Andrés, Buenos Aires)
- Milagro Josefina Campero Ciares (Universidad de Congreso, Mendoza)
- Zaira Chávez (Universidad Nacional de Rosario, Santa Fe)
- Franco Daniele (Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán)
- Lara Di Camillo (Universidad Tecnológica Nacional, Santa Cruz)
- María Lilián Fernández Prandi (Pontificia Universidad Católica Argentina, Santa Fe)
- Candela González Niesl (Universidad Católica de Santiago del Estero, Santiago del Estero)
- Azucena Legorburu (Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba)
- Gustavo Montenegro Haro (Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba)
- Sol Elizabeth Riehme (Universidad Argentina de la Empresa, Buenos Aires)
La participación de estudiantes de estas casas de estudio, algunas de ellas con una tradición histórica en la educación superior argentina, subraya la urgente necesidad de una respuesta clara por parte de sus directivos y, especialmente, del Consejo Interuniversitario Nacional. La ausencia de un rechazo oficial explícito por parte de estas instituciones y de la Cancillería Argentina es, sin duda, un factor que contribuye a la legitimación de esta estrategia colonialista.