La frase atribuida al presidente Javier Milei por el diario británico The Telegraph —"el territorio debería ser devuelto a través de la negociación y cuando los isleños lo deseen"— ha desatado una tormenta política y jurídica en Argentina. Lo que para el mandatario parece ser un gesto de "madurez comercial", para los sectores comprometidos con la soberanía nacional es un retroceso diplomático de 60 años y una potencial causal de mal desempeño.
Tierra del Fuego exige una rectificación urgente
El gobernador de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella, fue categórico al reclamar una aclaración inmediata. "Aceptar la noción de los 'deseos' de los isleños no solo contradice la histórica posición argentina, sino que vulneraría nuestra Constitución Nacional", sostuvo.
Melella recordó la importancia de la Resolución 2065 (XX) de la ONU, que establece el respeto por los intereses de los habitantes, pero jamás sus deseos, ya que se trata de una población implantada. El mandatario advirtió sobre la "Declaración Ihlen", un precedente internacional donde los dichos públicos de un Jefe de Estado obligaron legalmente a su país, provocando pérdidas territoriales irreversibles.
Una posición anglófila que ya había sido tomada el 2 de abril
El actual planteo de Milei ante la prensa londinense no es un exabrupto aislado, sino la ratificación de una línea discursiva que ya había manifestado el pasado 2 de abril, durante el acto oficial por el Día del Veterano y de los Caídos. En aquella oportunidad, en un discurso que generó un profundo malestar en las organizaciones de excombatientes, el mandatario llamó "malvinenses" a los isleños y afirmó que su objetivo era convertir a la Argentina en una potencia tal que los habitantes del archipiélago "prefieran ser argentinos" y decidan "votarnos con los pies". Con estas palabras, el Presidente ya había comenzado a deslizar una validación implícita de la autodeterminación de la población implantada, alejándose del mandato constitucional que exige el respeto a sus "intereses" pero nunca a sus "deseos" soberanos. Por estas expresiones, días después el presidente de la Nación fue declarado persona no grata por el Concejo Deliberante de la ciudad de Ushuaia.
Río Grande: "Es un error jurídico e histórico"
Desde la Capital Nacional de la Vigilia, el intendente de Río Grande, Martín Perez, calificó los dichos de Milei como una forma lamentable de "autopromoción política" a costa de 47 millones de argentinos. "Las Malvinas son argentinas, más allá de lo que decidan sus ocupantes ilegales. Su mandato caduca en 24 meses, pero la causa Malvinas es una política de Estado que nos trasciende", sentenció Pérez.
El fantasma de la traición y el rol de los Excombatientes
El CECIM La Plata fue más allá, trazando un paralelismo directo con la última dictadura. "Milei nos lleva hacia una traición como la de Galtieri en 1982", afirmaron en un comunicado. Para los veteranos platenses, el Presidente está "militando la estrategia del Foreign Office", permitiendo que el Reino Unido consolide una fortaleza militar de la OTAN que hoy ocupa un territorio 23 veces mayor al de las islas originales, proyectándose peligrosamente hacia la Antártida.
En sintonía, desde el Centro de Veteranos de Rawson, Daniel Lillo expresó la "tristeza" de ver a un presidente depender de la voluntad de los usurpadores. "La causa Malvinas no se negocia por los héroes que la custodiaron", remarcó.
Implicancias Legales: ¿Traición a la Patria?
El dirigente y diputado nacional Juan Grabois advirtió que, de confirmarse las declaraciones, se está "objetivamente frente al delito de traición a la patria". Según el dirigente, si el Presidente no realizó tales afirmaciones, debería exigir una rectificación inmediata a The Telegraph para evitar que sus dichos sean usados como prueba en contra de la Argentina en foros internacionales.
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