El gobierno nacional banaliza la información sobre los supuestos vuelos desde Chile a Malvinas

El ministerio de Defensa opta por no oficializar la información que posee, sino que se la entrega a los amigos de la prensa, para que la colaboración que presta Chile a Gran Bretaña en materia de vuelos a Malvinas, sea tal solo una “versión periodística” proveniente de “altas fuentes militares”. * J. Daniel Guzmán

3 de agosto de 2022 17:56

Que los aviones hayan realizado la ruta Punta Arenas - Malvinas, es tan solo una presunción del gobierno argentino y no una certeza.

Los cinco aviones detectados por el Comando Aeroespacial de la Argentina y que supuestamente volaron desde Punta Arenas, Chile, a la base militar británica de Monte Agradable, en Malvinas, podrían constituirse, en primer término, en la ratificación que las facilidades que posee Gran Bretaña para entrar y salir de las islas usurpadas a la Argentina, gozan del apoyo privilegiado de los mismos países sudamericanos que acompañan el reclamo argentino en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, a favor del “diálogo” diplomático para resolver la disputa soberana.

Lo llamativo, en segundo término, es que el Gobierno Nacional, el Comando Aeroespacial, el ministerio de Defensa, el ministro Jorge Taiana o la propia directora General de Prensa y Comunicación de esa cartera, Milagros Malamud, optaron por no oficializar la información, sino entregársela a un par de medios de prensa amigos, para que su difusión sea una “versión periodística” proveniente de “altas fuentes militares”.

El origen de la información publicada surge del radar táctico RPA-170M instalado recientemente al norte de la ciudad de Río Grande, Tierra del Fuego, el cual -de acuerdo con la información del propio ministerio de Defensa-, no tiene la capacidad para saber, verificar y afirmar cuál fue el destino final de esos vuelos, ni el tipo de aeronaves. Esto es porque, con un alcance máximo de cobertura de 315 kilómetros, el aparato pudo haber efectivamente detectado desde dónde despegaron y el rumbo trazado por los aviones, pero no que hayan aterrizado en Malvinas, que se encuentra a una distancia de 520 kilómetros, es decir fuera de su alcance de cobertura.

En consecuencia, que hayan realizado la ruta Punta Arenas - Malvinas, es tan solo una presunción y no una certeza. Una hipótesis tan abierta como que las aeronaves no hayan ido a Malvinas, sino a Sudáfrica, Madagascar, Mozambique, Zambia, la República del Congo o Namibia.

La gravedad de la denuncia periodística, deja abiertos dos interrogantes: 1) la Fuerza Aérea, el Ministerio de Defensa… en definitiva, el país, no tiene capacidad con sus radares y su sistema satelital para conocer con precisión y certeza qué tipo de aviones cruzaron y cruzan el cielo argentino y el destino final de los mismos; o 2) el gobierno tiene pleno conocimiento y capacidad para comprobarlo fehacientemente, pero no posee ninguna voluntad de ponerse al frente de la situación; y antes de informar en una conferencia de prensa -con Taina y los responsables del Comando Aeroespacial a la cabeza-, banalizan los hechos con filtraciones a la prensa, para no tener que reconocer públicamente que son conocedores sobre la existencia de un enjambre de aviones que entran y salen a las Islas Malvinas, no tan solo de Chile, Brasil y Uruguay, sino muy posiblemente desde aeropuertos privados del propio territorio continental de la Argentina.

A 40 años de la guerra, malvinizar es, antes que nada, decir la verdad. Sincerar, poner en conocimiento exacto y detallado al Pueblo de la Nación respecto de la condición de vulnerabilidad y despojo del país como consecuencia de la ocupación colonial británica y la presencia de una base militar de la OTAN en Malvinas. Oficialmente, y si les parece adecuado, por cadena nacional. No hacerlo, es desmalvinizar.

 

J. Daniel Guzmán

Soldado Combatiente de Malvinas

Director de Agenda Malvinas

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