"Los kelpers no existen ya que los argentinos nacidos en Malvinas son eso, ARGENTINOS. Fueron los ingleses quienes dieron en llamarlo bajo el adjetivo descalificativo de “Kelpers”; un escupitajo más a nuestro honor y a nuestra nacionalidad, un desvalor verbal a aquello que nunca pudieron por las armas"
* Juan Vera
Así es, los kelpers como las falklands no existen. En el extenso territorio nacional y en el más inmenso mar austral, las falklands no existen y mucho menos los kelpers. Con el advenimiento de un nuevo País allá por el 1810, a la faz del mundo nació como lo dice nuestro himno nacional “una nueva y gloriosa nación”, a la que con el devenir del tiempo llamamos ARGENTINA, y es a la que amamos y estamos dispuestos a perder la vida por su integridad territorial y por su soberanía política. Nuestra amada Patria no registra ni registrara jamás, títulos u honores más que los que como república libre y soberana decidimos allá por 1813. Tampoco reconocemos más allá del respeto a quienes al igual que nosotros, se liberaron del colonialismo y decidieron sus formas de gobierno a lo largo de la historia. Dicho esto, es menester recordar de quienes nos liberamos y cuáles fueron los principios básicos que se sostuvieron y cultivaron los últimos 200 años, para saber que los cimientos de nuestra libertad y soberanía son sólidos y contundentes. La Nación Argentina, nuestra Nación; se independizó el 25 de mayo de 1810. Tras largos años de luchas, logramos declarar nuestra independencia del reino de España “y de toda dominación extranjera”, principio sanmartiniano incorporado a nuestra independencia. Es así como, durante larguísimos 37 años no tuvimos una Constitución a la que la mayoría de las provincias rindieran sus libertades; fue recién en 1853 luego de la batalla de Caseros que se pudo aunar una constitución a la que se podría decir NACIONAL. Igualmente corrió mucha agua y sangre bajo el puente hasta que se consolidó nuestra Patria como una unidad nacional fuerte y pujante, que nos llevó a ubicarnos como una de las 8 economías mundiales. No fue fácil y no han sido pocas las vicisitudes sufridas por nuestra sociedad, al soportar el asedio tanto de España como de sus enemigos -otras dos potencias mundiales-; que pretenden dominarnos o sojuzgarnos a través del comercio o negocios espurios a espaldas del pueblo. Una de estas naciones, Inglaterra, firmó un acuerdo al que pretendió darle carácter de secreto en el año 1825 -solo 6 años después de nuestra independencia y solo 15 años de nuestra emancipación-, en ese pacto reza “amistad eterna”. Amistad que nunca tuvo el interés de respetada, pero sí utilizada para expoliar nuestros recursos como lo habían hecho en 1806 y 1807. La materialización de ayer fue la explotación y desaparición de los grandes bosques de quebracho colorado, la de hoy; minería, pesca y petróleo. Nunca tuvieron dudas de como rodearnos y dominarnos, con palmadas y alabanzas o por la fuerza. Tampoco dudaron en engañarnos y favorecer la enemistad entre hermanos como la que existe con los chilenos o como fue a través del genocidio del pueblo paraguayo a través de la guerra de la “triple infamia”. También nos mostraron sus garras y poderío en conjunto con Francia imponiéndonos un bloqueo que terminó en la Vuelta de Obligado, dejando los detalles de esos nefastos días para quien quiera profundizar y que ocupan años de nuestra historia. Es así como, a tan solo 8 años después de aquella firma de 1825; Inglaterra usurpó territorio patrio, ya que fue en 1833, cuando se apoderó de nuestras Malvinas, expulsando al gobernador designado en 1829 por las legítimas autoridades de nuestra Nación. Hoy a 186 años de semejante ignominia, siguen allí, mostrándose tal cual son, piratas usurpadores capaces de todo, con tal de no ceder ante la verdad, la razón y la justicia. Su labor es tenaz, irrenunciable y contumaz; lamentablemente su prédica permanente hace mella en las convicciones de nuestra clase dirigente y logran que, en nombre de la paz, nuestras autoridades cedan derechos irrenunciables. No nos olvidamos que en 1806 hubo un Martínez de Hoz en la administración del puerto de Bs. As., designado por los invasores, como hoy un Llacs se encuentra en la administración del Banco Central, o un Faurie o un Foradori en la cancillería. En Malvinas hay solo argentinos y usurpadores. Argentinos nacidos y criados en las islas, dueños por derecho propio de las tierras que habitan y que no pueden usufructuar porque han sido usurpadas por los ingleses. Por eso cuando en el año 82 tuvimos posesión de las islas, hablamos de intereses y no de deseos, porque en nuestro País lo que importa son los intereses que cada ciudadano tiene y puede desarrollar, en tanto que a los usurpadores solo les queda en camino de la expulsión y el peso de la Ley. Los kelpers no existen ya que los argentinos nacidos en Malvinas son eso, ARGENTINOS. Fueron los ingleses quienes dieron en llamarlo bajo el adjetivo descalificativo de “Kelpers”; un escupitajo más a nuestro honor y a nuestra nacionalidad, un desvalor verbal a aquello que nunca pudieron por las armas, porque tanto en 1806, 1807, 1845, 1982 lo único concreto y real que pudieron hacer es llevarnos el oro y la plata o ahora nuestras riquezas ictícolas o hidrocarburíferas; pero no pudieron doblegarnos. Hoy a lo largo y ancho de nuestro país cada vez más se levantan banderas que dicen que las Malvinas son argentinas; hoy cada vez más se reivindica el valor y el honor con que batallaron nuestros hombres; hoy cada vez más se reconoce y nos reconocemos como capaces de enfrentar a cualquiera que pretenda avasallarnos; hoy cada vez más podemos mirarnos con más orgullo que nunca, porque tenemos una bandera que nos cobija y de la cual nos sentimos orgullosos, porque es capaz de cubrir con su calor y con su sombra a todo hombre de buena voluntad que quiera habitar el suelo argentino. Argentinos si, Kelpers nunca.* Juan Vera es Veterano de Guerra, tripulante y sobreviviente del Crucero ARA General Belgrano, miembro fundador del Centro de Ex Combatientes de Malvinas en Ushuaia, de la Confederación de Combatientes de Malvinas y del Consejo Asesor Observatorio Cuestión Malvinas de Tierra del Fuego
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