El presidente argentino, Javier Milei, planea realizar una visita oficial a Londres en 2026, lo que marcaría la primera de un jefe de Estado argentino al Reino Unido en 27 años; desde Carlos Menem a la fecha. Así lo reveló la prensa británica, citando al propio mandatario.
El viaje, que se realizaría entre abril y mayo, tiene como eje central la negociación para que el Reino Unido levante o modere las restricciones a la venta de armamento y equipamiento militar a la Argentina, impuestas desde la Guerra de Malvinas en 1982.

El anuncio, difundido originalmente por el periódico británico The Daily Telegraph y replicado por medios globales y argentinos como El País y Ámbito, ha reavivado el debate sobre la histórica disputa de soberanía por las Islas Malvinas.
Los británicos niegan las negociaciones
En declaraciones al medio inglés, Milei afirmó que su gobierno ya trabaja en la flexibilización del embargo. Consultado sobre si las conversaciones habían comenzado, respondió: "Absolutamente".
El veto británico prohíbe la venta a Argentina de armas o equipos con componentes del Reino Unido, buscando limitar la capacidad militar del país sudamericano. Sin embargo, fuentes del Gobierno británico, citadas por el mismo The Telegraph, niegan la existencia de negociaciones "específicas" sobre este tema.
El presidente Milei ha defendido la necesidad de modernizar las Fuerzas Armadas argentinas, señalando que "No hay potencias mundiales sin poder militar" y que "Ningún país cuenta en el contexto internacional si no puede defender sus fronteras."
Un viaje de alto contraste
De concretarse, Milei sería el primer presidente argentino en pisar Londres desde Carlos Menem en octubre de 1998. El mandatario argentino ha expresado su intención de reunirse tanto con el primer ministro británico, Keir Starmer (a quien también invitó a Buenos Aires), como con figuras de la oposición, incluyendo al ultraderechista Nigel Farage, a quien elogió por su visión sobre el Brexit.
La postura de Milei sobre el conflicto por la soberanía en el Atlántico Sur, que ha generado polémica en Argentina por su mención a que los habitantes de las islas "terminarán votando con sus pies" (un guiño al principio de autodeterminación que Argentina rechaza), se alinea ahora con una estrategia que privilegia el diálogo pacífico y comercial.
"Dado que considero que la solución debe buscarse a través de soluciones pacíficas y diplomáticas, creo que la mejor manera de mostrar la voluntad de Argentina es demostrar que también tenemos una relación comercial madura", afirmó Milei.
El Contexto de la Venta de Armas: Intereses Cruzados
La búsqueda de Argentina por adquirir nuevo equipamiento militar (como los recientes aviones F-16 comprados a Dinamarca con aprobación de EE. UU.) choca con la realidad del embargo que aún afecta gran parte de la tecnología militar occidental.
La prensa internacional señala que, si bien la administración de Milei podría encontrar un aliado en Estados Unidos —particularmente en la figura de Donald Trump—, quien ve a Argentina como un actor clave para contrarrestar la influencia de China y Rusia en el Atlántico Sur, la flexibilización por parte del Reino Unido no sería incondicional.
En Argentina, coinciden en que cualquier negociación con Gran Bretaña buscaría regularizar el comercio militar sin poner en riesgo la ocupación colonial del archipiélago malvinense y el vasto espacio marítimo circundante, que hoy abarca más de 1.6 millones de kilómetros cuadrados. Es decir, las ventas se limitarían a equipamiento que no amenace la superioridad militar británica en la región.
El eventual levantamiento de las restricciones -de concretarse-, representaría un cambio en la relación bilateral post-conflicto, impulsado por una nueva etapa de alineamiento político argentino con Occidente y la necesidad de modernización de sus fuerzas armadas, pero bajo el tácito entendimiento de la persistente disputa de soberanía.