Un coronel retirado del ejército argentino, José Martiniano Duarte, fue sancionado con seis días de arresto domiciliario por difundir en redes sociales un video donde ataca, cuestiona y crítica en irrespetuosos términos al presidente Alberto Fernández y al gobierno en su conjunto, y donde ensaya una vergonzosa arenga a sus camaradas de armas para “defender a la democracia” al estilo que en días recientes hizo lo propio el impresentable Aldo Rico.
Duarte tuvo participación en la guerra de Malvinas como teniente y jefe de la primera sección de la compañía de comandos 601. Más acá en el tiempo, viene desplegando una intensa actividad militante en pequeños partidos de extrema derecha de perfil castrense y discursos totalitarios.
Inclusive fue candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por el partido neonazi UNIR, con estrepitoso fracaso. También se le conoce una participación en el equipo de asesores del actual senador Julio Cobos, del radicalismo mendocino.
También Duarte es el autor del libro “Loco, vano y mal cristiano”, una biografía de Aldo Rico, a quien caracteriza como “soldado enérgico, comprometido y leal a sus convicciones”.
El "orgullo" que exhibe el sancionado Duarte: su encuentro con la viuda de un militar británico muerto en Malvinas.
Un artículo que firma Adrián Pignatelli en el diario Infobae, cuestiona la sanción conforme a derecho que le cabe por su condición de militar retirado, y ensalza la figura del hoy dirigente político de derechas con apelativos tales como “veterano de la guerra de Malvinas condecorado” o “héroe de Malvinas”. Aunque su “galardón” más promocionado es el de haber visitado personalmente en Gran Bretaña a la viuda de un militar de esa nacionalidad muerto durante una escaramuza en la que participó una patrulla que comandaba el argentino.
Infobae, casi insultando la inteligencia de sus lectores, cuestiona la sanción y la considera un caso “que coarta la libertad de expresión” amparado en detalles como que en el video Duarte no estaba vestido de uniforme o no haya mencionado que es un jerarca militar. El mismo medio, contrariando el más elemental profesionalismo, contabiliza las adhesiones de los camaradas de Duarte en las redes sociales como si fuera un apoyo popular por sus expresiones o contra la sanción que deberá purgar en su casa.
Más vergonzoso aún es el comunicado que la Federación Nacional de Veteranos de Guerra de la República Argentina, el grupo que congrega a la mayoría de oficiales y suboficiales que combatieron en Malvinas, difundió en prepotente apoyo a su camarada político.
En un documento firmado por el presidente y el secretario de tal agrupación, con amenazas tales como “no pasaremos por alto la discriminación en arrestar por sus dichos a quien solamente expreso (sic), con total derecho, su pensamiento sobre la situación actual de Argentina”, eufemismo para maquillar los insultos de Duarte a la figura del primer mandatario nacional.
La autodenominada “entidad madre de los derechos de los veteranos de Malvinas” expresó solidaridad con su camarada alardeando con bravuconadas como “somos quienes defendimos y defendemos la soberanía y la libertad”, y por extensión auto erigiéndose mesiánicamente en “defensores del derecho a expresarse de todo argentino”.