El cielo de Mar Chiquita, en la provincia de Buenos Aires, fue testigo de un momento de relevancia para la ciencia y la defensa argentina. La Fuerza Aérea Nacional llevó a cabo con éxito el lanzamiento del cohete sonda MET 1-SO “Escorpio”.
Se trata de un robusto vehículo de tecnología 100% local, utilizado en un ensayo que marca un hito en la historia aeroespacial del país.
La misión, desarrollada en el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados CELPA II ATLÁNTICO, no solo validó avances tecnológicos, sino que también confirmó la capacidad de Argentina para diseñar, operar y recuperar vehículos de vuelo suborbital.
El objetivo central de esta experiencia fue poner a prueba en condiciones reales múltiples componentes desarrollados por ingenieros nacionales, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF).
Entre los aspectos evaluados, destacan la calificación en vuelo del sistema de propulsión de combustible sólido y la puesta en marcha de sistemas de telemetría, transmisión encriptada y aportes de inteligencia artificial para tareas de búsqueda y rescate en el mar.
Pero sin dudas, uno de los logros más destacados fue la recuperación de la cápsula portadora tras su amerizaje en aguas del Atlántico Sur. Un avance sin precedentes en la industria aeroespacial argentina.
La cápsula, que había sido desacoplada en su punto máximo de trayectoria, fue localizada con precisión y recuperada con ayuda de drones y sensores especializados, en una operación que pone en evidencia la sofisticación alcanzada en los procedimientos de recuperación y control de vehículos en tierra y mar.
La misión fue liderada por personal de la Dirección General de Investigación y Desarrollo (DGID), con la participación activa de CITEDEF y otros organismos científicos del Estado, que consolidaron la alianza entre tecnología y estrategia nacional para avanzar hacia la soberanía espacial.
Según información difundida por EspacioTech, el vehículo incorpora tecnología de aviónica de desarrollo nacional, así como telemetría de alta frecuencia que permite monitoreo en tiempo real aún en fases de máxima aceleración.
Además, su arquitectura modular y escalable augura futuras misiones de mayor complejidad, abriendo camino a una participación más activa en los programas espaciales internacionales.
Para los expertos, este ensayo representa un paso estratégico que refuerza la soberanía tecnológica y sienta las bases para futuras exploraciones espaciales, además de abrir nuevas perspectivas en defensa y desarrollo científico.
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