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DE SOLDADOS A POLICÍAS PARA NO MOLESTAR A INGLATERRA

La recuperación de la imagen pública de las Fuerzas Armadas argentinas y el excelente desempeño frente a un escenario similar a una guerra bacteriológica de baja intensidad como el COVID 19, no impide el avance de la agenda del neocolonialismo y el intento de fusionar misiones, roles y funciones con las Fuerzas de Seguridad sin afectar intereses británicos. Por Daniel Alberto Symcha *

19 de agosto de 2025 14:55

La posibilidad de que el gobierno fusione las FFAA con las FFSS en una Guardia Nacional, es real.

Argentina frente a un ataque biológico de baja intensidad

Durante la pandemia de Covid-19 la República Argentina demostró, pese a las controversias políticas, una buena capacidad para enfrentar un ataque biológico de mediana intensidad en todo su territorio.

La doctrina imperante en nuestras Fuerzas Armadas (FFAA), su capacidad operativa y sus posibilidades logísticas sumado a la interacción socio política de nuestra Nación en la denominada “Operación General Manuel Belgrano”, el mayor movimiento de tropas en tiempos de paz, permitió una rápida capacidad de respuesta brindando a la población asistencia alimentaria, sanitaria, distribución de insumos médicos, fortalecimiento de la sanidad militar con hospitales militares y centros de aislamiento y traslado de personal médico, civil, de seguridad y militar.

Enmarcado como una operación de asistencia humanitaria, misión subsidiaria de la institución militar, el país se dividió en 14 regiones de emergencia donde actuaron las FFAA coordinadamente con las autoridades provinciales y Ministerios nacionales y eso permitió afrontar satisfactoriamente la emergencia. Las FFAA, las Fuerzas de Seguridad (FFSS), las instituciones gubernamentales y civiles llevaron adelante las misiones y funciones correspondientes a sus roles específicos ayudando a garantizar la seguridad y estabilidad del país frente a la crisis global.

Durante toda la operación el comportamiento de los miembros de las FFAA fue intachable, sin una sola denuncia o queja, consolidando la recuperación de la imagen de las FFAA en la población, siendo el total de bajas entre el personal militar de 24 oficiales y suboficiales, lo que ratifica las capacidades de nuestras tropas para hacer frente a un evento del tipo Químico, Biológico, Radiológico y Nuclear (QBRN) de baja intensidad. Muy diferente fueron los resultados en otros países de Latinoamérica incluso la capacidad de respuesta de la OTAN frente al episodio en territorio europeo.

Recuperación de imagen pública, pero ausencia de recursos

La capacidad de respuesta de las FFAA en la “Operación General Manuel Belgrano” y la clara evidencia de la necesidad de incrementar las capacidades logísticas, implicó que se concreten políticas públicas destinadas a mejorar esas capacidades. Ejemplo de eso fue el Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), un fondo de afectación específica que tiene por objetivo financiar el proceso de reequipamiento de las Fuerzas Armadas, mediante la recuperación, modernización y/o incorporación de material.

El FONDEF fue creado mediante la Ley N° 27.565 en 2020. Esto, que se busca derogar durante 2025, brindó un tibio impulso a la industria de la defensa, un sector estratégico y fuertemente multiplicador de la actividad económica y creadora de puestos de trabajo.

Más allá de los objetivos del FONDEF de crear la base para promover la sustitución de importaciones, incrementar las acciones de investigación y desarrollo e impulsar la innovación productiva, el grueso de las políticas públicas de inversión en materia de Defensa Nacional implementadas desde 2015 a la fecha no incrementaron las capacidades de nuestras FFAA.

Claro ejemplo de esto, es el análisis de las últimas compras realizadas en sistemas de armas para nuestras FFAA las cuales no incluyen real capacidad disuasiva en los actuales escenarios de combate ni amenaza los intereses británicos en Malvinas que operan desde las islas, por ejemplo, con aviones Eurofighter Typhoon y desde sus portaaviones con cazas F-35B Lightning II sin mencionar la presencia de submarinos, arma disuasiva por excelencia de la cual carecemos. Mucho menos las inversiones realizadas permiten la defensa de nuestras costas (4.700 km en el continente americano y más de 11.000 km en Antártida) ni por las capacidades, ni por las cantidades ni por el desarrollo tecnológico.

La decisión política del actual gobierno nacional de claudicar y desarrollar la Base Naval Integrada de Ushuaia en conjunto con las FFAA norteamericanas a partir del financiamiento del Pentágono (Argentina.gob.ar, 2024) y las declaraciones del potencial Embajador de EEUU, Peter Lamelas, condicionando las capacidades de las provincias respecto de sus RRII y afirmando que trabajará para garantizar que “los recursos de la Argentina, su energía y sus minerales críticos, beneficien a ambas naciones”, pone a la República Argentina en una situación donde no se pueden explotar oportunidades ni tener libertad de maniobra.

De soldados a policías

La prioridad en un País con  implementación en 2018 del Programa Fronteras Protegidas con acciones conjuntas entre las FFSS y las FFAA y la implementación en 2025 del Operativo Julio Argentino Roca respaldado por el Decreto 1112/2024 que trata sobre la normativa para el Sistema de Defensa Nacional en Argentina, en cuyo Título IV, artículo 11º dice textualmente que las FFAA “podrán proceder a la aprehensión transitoria de personas que se encuentren cometiendo delitos en flagrancia” en el marco de operaciones de cumplimiento de misiones subsidiarias, corre el eje de las misiones y funciones específicas de las FFAA para sumarlas a las de la Gendarmería, la Prefectura la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Policía Federal.

Aunque a esta altura parezca obvio, es necesario reafirmar que las FFAA tienen como misión conjurar y repeler toda agresión externa militar estatal a fin de garantizar y salvaguardar de modo permanente los intereses vitales de la Nación, es decir su soberanía, su independencia y autodeterminación, su integridad territorial y la vida y libertad de sus habitantes y las FFSS tienen la misión principal de garantizar la seguridad interior manteniendo el orden público, prevenir y reprimir delitos, controlar fronteras, y colaborar con la justicia.

Guardia Nacional, Chancay y ausencia de soberanía

De acuerdo a un simple análisis con información obtenida en fuentes de código abierto (OSINT) la anulación y destrucción de capacidades para repeler agresiones externas militares en cualquiera de las seis dimensiones actuales de la guerra (Terrestre, naval, aérea, digital, espacial y cognitiva); la destrucción de los recursos sociales de las FFAA (IOSFA) o la crisis del Hospital Naval; la magra escala salarial vigente y la consiguiente migración de personal, por ejemplo, a la Policía de la Ciudad en el caso de CABA; la falta de presupuesto para la actividad operacional y la falta o antigüedad del equipamiento y sistemas de armas, denota la ausencia de interés en el desarrollo de las capacidades militares argentinas por parte del gobierno.

Esto, sumado a las decisiones políticas de acercar las FFAA a las funciones de las FFSS, nos brinda el indicio de una potencial reestructuración en el sistema defensivo y de seguridad de la Nación. Un tema no menor es el manejo presupuestario de los Ministerios de Defensa y de Seguridad. De acuerdo a fuentes de dominio público o código abierto, se preveía un gasto de presupuesto para atender las necesidades del Estado nacional en 2025 de $115.924.195,5 millones. El presupuesto de Defensa (Incluyendo tropa, logística y sistemas de armas) es el equivalente al 2,1% del total del presupuesto anual 2025 mientras que el de Seguridad Interior es del 2.4%.

Conclusión

La posibilidad de que el gobierno fusione las FFAA y las FFSS en una Guardia Nacional para control interno de acuerdo a lo establecido en el Decreto 1112/2024, dentro del marco de una nueva doctrina es real. Hay antecedentes, durante el gobierno de Mauricio Macri a partir de la incorporación de argentina como firmante del “State Partnership Program” de la Guardia Nacional de los EEUU en el año 2016 (U.S. Department of Defense, 2025). El programa está guiado por los objetivos de política exterior del Departamento de Estado creado a partir de la necesidad de la incorporación de Estados del viejo bloque soviético a las doctrinas norteamericanas, una herramienta de influencia en el nivel táctico multidominio por debajo del conflicto con uso de violencia (National Guard, 2025).

Ante la ocupación mediante la diplomacia y por la fuerza de nuestro sector insular austral y antártico; la proyección de fuerte  influencia y control norteamericano y británico en Chile; el control del puerto de Buenos Aires por parte de Montevideo; la presencia de las FFAA norteamericanas en Paraguay y en el Río Paraná, crea una fuerte zona de poder frente al trazado del nuevo corredor bioceánico de inversión china entre el puerto de Santos en Brasil y el puerto de Chancay en Perú y pone en serio riesgo las capacidades de la República Argentina de sostener su soberanía territorial.

 

* Daniel Alberto Symcha, es periodista, productor en Universidad Nacional Arturo Jaureche (UNAJ) Radio. Maestrando en Estrategia y Geopolítica por la Escuela Superior de Guerra. Maestrando en Inteligencia Estratégica Nacional por la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata. Diploma Superior en Comunicación y Defensa Nacional UNDEF, en Gestión de Prensa UDE y en Tecnología, Subjetividad y Política CLACSO.

 

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