En una reciente nota de opinión con pretensión de editorial, repartida en medios de prensa de Tierra del Fuego, titulada: LA VERDAD SOBRE LOS EJERCICIOS COMBINADOS Y EL ROL DEL CONGRESO, Juan Carlos Arcando, ex vicegobernador de Tierra del Fuego del PJmacrista que tuvo a la exgobernadora Rosana Bertone como máxima referente; no solo atacó a la senadora nacional Cristina López, sino que da muestras de un oportunismo político que ignora la historia y traiciona los principios de soberanía nacional.
En el texto que está muy lejos de ser una clase de estrategia militar y derecho constitucional, Arcando se desvía del punto central y fundamental de la discusión: la inaceptable presencia de marines estadounidenses —principal aliado de Gran Bretaña— en suelo fueguino.
Días pasados, la senadora López fue enfática en su postura: no se trata de oponerse a la cooperación internacional, sino de cuestionar la legitimidad y la gravedad de permitir que las fuerzas de un país que históricamente ha respaldado a nuestro usurpador en Malvinas pisen el suelo de la provincia de Tierra del Fuego.
La soberanía no es un juego de palabras
Arcando basa su defensa de los ejercicios combinados en una supuesta "demora legislativa" del Senado, que habría obligado al gobierno de Milei a recurrir a Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). Este argumento, además de ser una justificación precaria, no aborda la raíz del problema. La soberanía no es un tecnicismo legal ni una formalidad que pueda ser resuelta con un DNU. Es un pilar innegociable de nuestra identidad nacional, especialmente en una provincia como Tierra del Fuego, epicentro de nuestro reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas.
El exvicegobernador utiliza las vulneraciones a leyes de la gestión libertaria, para tapar las políticas que surgen en consecuencia; pero no explica por qué el gobierno de un presidente admirador de Margaret Thatcher decide estrechar lazos militares con su socio histórico, sin pasar por el debate parlamentario. Un debate que la misma senadora López ha solicitado. Y el hecho de que el gobierno recurra a un DNU, que ella misma califica de inconstitucional, valida su preocupación, no la refuta.
Aunque lo más cínico, repudiable y vomitivo de la postura de Arcando es su legendaria y miserable defensa de la soberanía, es avalando ahora una indiscutible política que la vulnera.
Arcando, que se ha presentado publicamente como veterano de la Guerra de Malvinas, omite el hecho clave: fue precisamente el apoyo militar, tecnológico, logístico y de inteligencia de Estados Unidos a Gran Bretaña en 1982 lo que inclinó la balanza en nuestra contra.
¿Cómo puede alguien que dice haber luchado por la Patria defender la entrada de las fuerzas de un país que colaboró con nuestro enemigo en la guerra? Es una contradicción inaceptable, un insulto a la memoria de los caídos y una bofetada a todos los fueguinos y argentinos que mantienen vivo el reclamo de soberanía sobre las islas.
La supuesta preocupación de Arcando por la "verdad" y la "responsabilidad" de los legisladores nacionales es una fachada que esconde su verdadera intención: defender a un gobierno que, con su política exterior, está subyugando los intereses nacionales a la agenda de Washington.
Un texto escrito en la Legislatura fueguina o proveniente de sus servidores
Para completar el cuadro, un hecho le da mayor gravedad institucional a este ataque a la senadora López; el texto repartido por Arcando se redactó desde una computadora o de un servidor de la Legislatura de Tierra del Fuego —es decir, con recursos públicos—; un escándalo que refuerza lo nauseabundo de su posición, y que desnuda un acto de doble traición: traiciona la causa Malvinas y utiliza el aparato del Estado para atacar a una funcionaria que sí está defendiendo la soberanía que él dice representar.
La senadora Cristina López no ha pedido otra cosa que, lo que todos los representantes del pueblo deben exigir: explicaciones claras y transparentes sobre la presencia de tropas extranjeras en una zona estratégica. En contraste, Juan Carlos Arcando ha optado por el silencio cómplice y la crítica vacía. La soberanía no es un adorno para usar en discursos; es una lucha que se defiende con coherencia, en las calles y en las instituciones, sin dobles discursos ni falsas excusas.
“Alvarito”: Veterano trucho
Su pasado y sus actos presentes lo muestran en pelota, de cuerpo entero. Excombatientes de la Guerra de Malvinas residentes en la capital fueguina, aseguran que haciéndose pasar por Veterano, Arcando consiguió del Instituto Territorial de Vivienda y urbanismo de Tierra del Fuego (hoy Instituto Provincial de Vivienda), una casa de dos plantas en calle Fuegia Basket. El hecho que se viene repitiendo desde lejos, no parece extraño, toda vez que en su rol de vicegobernador de la provincia; daba charlas en los colegios hablando de sus “experiencias malvineras”.
Con la distribución de este texto, de escaso vuelo intelectual y nulo sentido soberano; Arcando demuestra que nunca dejó de ser un obediente lacayo de la derecha argentina, siempre en contra de la Nación y la grandeza de su pueblo. Sectores de la prensa fueguina irónicamente aún le dan el apodo de “Alvarito”; mote que se ganó por haber sido durante décadas devoto apoderado de la UCD; de la Unión del Centro Democrático que participó en primera línea de todos los golpes de Estado que sufrió la Argentina desde 1955 a 1976; y que tuvo como conductor a Álvaro Alsogaray; al máximo político, militar y economista argentino, que endeudó y saqueó el País con precisión quirúrgica, en los 30 años de interludios dictatoriales.
TEXTO DE LA CRITICA EFECTUADA POR ARCANDO A LA SENADORA NACIONAL CRISTINA LÓPEZ
Editorial – Juan Carlos Arcando - Presidente “Nuevo País” TdF; Ex Vicegorbernador; y Gobernador de TdF)
LA VERDAD SOBRE LOS EJERCICIOS COMBINADOS Y EL ROL DEL CONGRESO
En declaraciones recientes, la Senadora Cristina López calificó como “muy grave” la presencia de fuerzas extranjeras en Tierra del Fuego, desconociendo abiertamente las normas que rigen en nuestra Constitución y la legislación vigente. Resulta necesario aclarar, con seriedad y respeto por la verdad, el marco jurídico que avala estos ejercicios y la responsabilidad que le cabe, como integrante de la Cámara Alta, en los procesos de autorización.
En primer lugar, nuestra Constitución Nacional, en su artículo 75 inciso 28, establece que corresponde al Congreso “autorizar la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la Nación”. Y el artículo 99 inciso 11 señala que el Presidente de la Nación puede disponer el ingreso y salida de tropas, pero con la debida autorización parlamentaria. Precisamente para dar marco a esta atribución, el Congreso sancionó la Ley 25.880, cuyo artículo 3 inciso c regula la salida y entrada de tropas con fines de cooperación y ejercicios combinados.
Ahora bien, ¿qué ocurrió en 2025? El Poder Ejecutivo Nacional remitió oportunamente un proyecto de ley para autorizar la participación de las Fuerzas Armadas en diversos ejercicios internacionales. Dicho proyecto obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados, pero quedó sin tratamiento en el Senado, cámara de la cual la Senadora López forma parte. Esa omisión legislativa generó la necesidad de dictar instrumentos legales alternativos: los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) 292/2025 y 521/2025, que autorizaron la salida de tropas argentinas y la entrada de fuerzas extranjeras para ejercicios previamente programados, entre ellos los desarrollados en Tierra del Fuego.
Es decir, lejos de constituir un acto “grave” o “clandestino”, los ejercicios realizados estaban expresamente contemplados y autorizados en los DNU mencionados, dictados conforme a la Constitución ante la inacción del Senado.
Por eso, en vez de sembrar dudas en plena campaña electoral, sería más responsable que la Senadora se involucre activamente en el tratamiento de los proyectos que llegan a su Cámara, evitando así que deba recurrirse a mecanismos extraordinarios. No todo vale en campaña: los candidatos y representantes tienen el deber de hablar con la verdad, explicar lo que harán y, sobre todo, cumplir con su función institucional sin mentirle a los ciudadanos fueguinos.
Los hechos y las normas son claros: los ejercicios combinados en Tierra del Fuego se realizaron en el marco de la Constitución y de los DNU 292/2025 y 521/2025, dictados como consecuencia de la demora legislativa del Senado. No se trata de una concesión ni de una renuncia a la soberanía, sino de un ejercicio de cooperación militar avalado por nuestra propia normativa.