Desde las frías latitudes de Tierra del Fuego hasta el calor de las aulas cordobesas, una serie de voces representativas del ámbito universitario argentino se alzaron para expresar su firme repudio al concurso regional “conociendo a mis vecinos de las Islas Falklands”. La polémica iniciativa, promovida por sexta oportunidad por las embajadas del Reino Unido en Argentina, Paraguay y Uruguay, continúa generando un firme rechazo en sectores académicos y gremiales.
La Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Tierra del Fuego (UTN-FRTDF), fue una de las instituciones que emitió un comunicado oficial al respecto. En él, calificó la propuesta británica de “clara y abierta provocación”. Afirmó que esta busca “deslegitimar los derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.
La casa de estudios fueguina fue contundente al señalar que estas islas son “parte integral de nuestro territorio nacional y provincial, objeto de un acto de usurpación” denunciado constantemente. En su documento, la UTN reafirmó que cualquier acción que promueva “la naturalización de la ocupación ilegítima de nuestras islas es inaceptable”.
También la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (UNTDF) se sumó a estas expresiones de repudio. La UNTDF había sido precursora al solicitar formalmente al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que no avalara ni promoviera postulaciones al concurso.
La casa de estudios nacional con sede en la provincia austral, consideró la iniciativa como una “maniobra diplomática” que pretende socavar el legítimo reclamo argentino de soberanía. Su postura generó repercusión y pronto recibió el apoyo de otras universidades.
Entre otras adhesiones difundidas, se encuentran pronunciamientos de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam). La UNLP, en particular, argumentó que el certamen “constituye un intento de consolidar el statu quo colonial mediante mecanismos de poder blando”.
El repudio no se limitó a los rectorados. Gremios docentes como la Federación de Docentes Universitarios (FEDUN) y el Sindicato de Docentes de la UNTDF también emitieron sus propios comunicados condenando la acción. Asociaciones de veteranos de guerra de todo el país igualmente se sumaron a la crítica.
La resistencia también prendió en las bases estudiantiles. Agrupaciones de centros de estudiantes se organizaron para manifestar su oposición. En la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la organización Patria Justa de la Facultad de Derecho emitió un contundente comunicado.
Una de sus representantes, Laura García, definió el concurso como una “clara estrategia de provocación política”. En declaraciones reproducidas por medios locales, acusó al Reino Unido de intentar usar a los jóvenes para “construir una narrativa que niega y desconoce nuestros derechos soberanos”.
Este mosaico de rechazos desde distintos estamentos universitarios contrasta con la percepción de un silencio oficial más amplio. Algunos de los comunicados, incluido el de la UTN-FRTDF, instaron expresamente a los gobiernos municipal, provincial y nacional a denunciar la acción y a sancionar a los ciudadanos argentinos que participen.
El conjunto de estas expresiones configura una postura crítica significativa dentro del sistema educativo superior. Lejos de aceptar la propuesta como un mero y pretendido intercambio cultural, estas instituciones y actores la interpretan como un instrumento de disputa geopolítica de parte de las ilegítimas autoridades británicas que ocupan las islas, que pretende influir en la percepción de la cuestión Malvinas entre las nuevas generaciones de estudiantes sudamericanos.