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Ushuaia rechazó a Milei y lo obligó a suspender el inicio de su campaña nacional

El repudio no fue solo económico, sino profundamente identitario. Tierra del Fuego, cuna del reclamo por Malvinas, sintió a su visita como una ofensa a su mayor capital simbólico y geopolítico.

30 de septiembre de 2025 11:06

La Furia Austral obligó a Milei a regresar a Buenos Aires con una campaña frustrada

La visita relámpago del presidente Javier Milei a Ushuaia, concebida como el punto de partida de una gira electoral clave, se estrelló contra un muro de repudio social que neutralizó su campaña y expuso la profunda fractura entre el gobierno libertario y los intereses estratégicos de Tierra del Fuego.

El mandatario, que llegó en medio de escándalos por la amenaza de cesión de soberanía a Estados Unidos y la destrucción de la industria local, fue recibido con el mismo rechazo que logró concebir en el mes de abril pasado, cuando fue declarado "persona no grata" por el Concejo Deliberante de Ushuaia, y que cinco meses después lo obligó a suspender su acto electoral central en apoyo a sus candidatos a senadores y diputados.

Un despliegue de casta y un rechazo masivo

El arribo de Milei y su comitiva —incluyendo a su hermana Karina y figuras como Lilia Lemoinese realizó con un despliegue faraónico y un costo operativo faraónico: tres aviones de la Fuerza Aérea, con un gasto que superó los 300 mil dólares, evidenciando la contradicción entre su discurso "anticasta" y el uso del aparato estatal para fines partidarios.

Sin embargo, el despliegue aéreo no pudo contra el rechazo en tierra. Sectores sindicales, gremiales (UOM, docentes, estatales) y vecinos se movilizaron masivamente bajo la consigna "Milei, no sos bienvenido", sitiando el centro de Ushuaia. Esta marea de rechazo social obligó a la seguridad presidencial a suspender la caminata central de campaña.

El presidente, en lugar del acto masivo planeado, apenas pudo improvisar un discurso de dos minutos con megáfono frente a unas pocas decenas de seguidores en el Hotel Albatros, mientras la Gendarmería contenía los enfrentamientos entre sus militantes y los manifestantes. El escasísimo apoyo y el alto costo logístico de la visita lo convirtieron en un revés electoral. "¡Tres por ciento!", le gritaron al presidente, en referencia a las polémicas comisiones en denuncias de corrupción.

La ofensa a la soberanía: Malvinas y la Base de EEUU

El repudio en Ushuaia no fue solo económico, sino profundamente identitario. Tierra del Fuego, cuna del reclamo por Malvinas y puerta de la Antártida, sintió la visita de Milei como una ofensa directa a su capital simbólico y geopolítico.

El rechazo se potenció por las revelaciones sobre la "letra chica" del acuerdo financiero con el Tesoro de EEUU, que compromete la soberanía al incluir la posibilidad de una presencia militar estadounidense en la Base Naval Integrada de Ushuaia. Este pacto, desmentido inicialmente por el ministro de Defensa Luis Petri pero confirmado inmediatamente por el periodismo oficialista, es visto en el extremo sur como una traición a la Causa Malvinas, especialmente porque EEUU. es el principal aliado del Reino Unido.

A esta amenaza se sumó el escándalo de la semana: el saludo de Milei a la presidenta de Kosovo en la ONU. Este país, cuya independencia no es reconocida por Argentina porque socava el principio de integridad territorial, mantiene tropas entrenando con el ejército ocupante británico en las propias Islas Malvinas. Para el sentir fueguino, la postura de Milei es una claudicación inaceptable que desarticula la defensa histórica del país sobre sus territorios australes y antárticos.

El desastre industrial y la pérdida de empleos

Sumado al agravio geopolítico, el malestar se ancla en el desastre económico que sufre la provincia. El gobierno de Milei ha aplicado políticas que atentan contra el Régimen de Promoción Industrial, especialmente con medidas arancelarias que favorecen la importación.

La protesta fue liderada por la Unión Obrera Metalúrgica, los docentes y los trabajadores que acaban de ver el cierre de Australtex, la última gran textil de la provincia, dejando a cientos de familias en la calle. En este contexto de crisis laboral inminente, la visita del presidente, que buscaba apoyo electoral, se sintió como una provocación.

La única parada amigable de Milei fue en la planta de Newsan, emblema de la industria fueguina. Pero ni ese gesto logró mitigar la bronca en las calles.

La Furia Austral obligó a Milei a regresar a Buenos Aires con una campaña frustrada. La sociedad de Tierra del Fuego, históricamente sensible a la defensa de la soberanía y la producción nacional, demostró que el costo político de la alineación incondicional con Estados Unidos y el sacrificio de la industria local es demasiado alto para ser tolerado, marcando un punto de inflexión en la crisis que asola al régimen libertario.

 

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