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Malvinas, donde está prohibido festejar

¿Por qué la colonia británica en Malvinas es el único territorio del planeta en el que los simpatizantes del fútbol no pudieron celebrar la final de la copa mundial en Qatar?

20 de diciembre de 2022 10:44

El temor a un alegría de alcance mundial por la celesta y blanca

Simpatizantes y fanáticos de la selección argentina festejaron en todo el mundo, luego que el equipo albiceleste consiguiera alcanzar la victoria en una de las finales más intensas para la historia del fútbol. En todo el mundo, menos en Malvinas. El enclave colonial británico que sostiene la usurpación de las Islas es categórico en la sanción de todo lo relativo a nuestra nacionalidad: no se permite cantar el himno, ni vestir una camiseta, ni mucho menos desplegar una bandera de Argentina.

Aunque poco discutida, esta imposición forma parte de la realidad habitual de Malvinas, donde la corona ejerce un control absoluto, por encima de la autoridad con la que se auto administra la comunidad kelper que habita el archipiélago desde su implantación en el siglo XIX. En sintonía con esa idiosincrasia, las restricciones deben ser mayores hacia los argentinos, a quienes se les prohíbe la exposición de cualquier símbolo patrio cuando familiares de los combatientes viajan para honrar su memoria.

Pero esta sanción, al igual que la usurpación, no tiene respaldo legal ya que va en contra de los derechos internacionales más básicos. En 2014 un reaccionario grupo dentro de la comunidad local intentó establecer la prohibición como parte de su código contravencional, aludiendo que sus habitantes decían sentirse ofendidos por la simbología argentina. Ante la incapacidad para legislar semejante restricción, esta prohibición debió quedar apenas como una fuerte costumbre local, que la policía se encarga de mantener en vigencia con métodos irregulares.

 

identidad

La victoria en la copa del mundo fue apenas el último episodio en una saga de festejos que se extendieron globalmente durante el torneo. A cada paso, la selección argentina logró cosechar el apoyo de los fanáticos en todos los continentes, destacándose las demostraciones más sinceras y enérgicas desde el sur de Asia. Allí, el público de Bangladesh apostó desde el primer día por el triunfo celeste y blanco, lo que derivó en el restablecimiento de lazos diplomáticos más contundentes entre ambos Estados.

Este respaldo surgió a raíz del sentimiento nacional bengalí, construido sobre la memoria del genocidio que causó el imperio británico cuando produjo una crisis de hambruna para conservar sus intereses geopolíticos durante la segunda guerra mundial. El impacto de la victoria en 1986 ante Inglaterra, las declaraciones de Diego Maradona, y una visita del seleccionado argentino en 2011 que se vivió como una fiesta popular, determinaron el furor bangladeshí para festejar durante todo este campeonato.

De la misma manera, la fiebre albiceleste se contagió sin fronteras entre los fanáticos del fútbol, propagando las arengas nacionales que mencionan a los soldados argentinos de 1982. Gracias a estas canciones, amplificadas por el desempeño de la selección y la difusión masiva de la competición en Qatar, millones de jóvenes en todo el mundo conocieron la usurpación territorial que sufre la República Argentina.

Mientras tanto, en el Reino Unido, el éxito de los argentinos reactivó algunas fricciones locales que se abrieron durante la actual crisis económica y social que atraviesa el país. Si bien desde algunos sectores la mención de Malvinas durante el mundial fue recibida con amargura, también se asistió a la expresión de distintas manifestaciones de apoyo hacia el seleccionado argentino y la soberanía nacional en Malvinas, por parte de los ciudadanos disidentes al imperialismo colonial. Tras la victoria, el episodio también dio lugar a un cruce de críticas entre el actual Secretario de Malvinas y el ex embajador británico Mark Kent.

 

El que no salta, es un inglés

Donde el triunfo por la copa del mundo sí se pudo vivir a todo pulmón fue en el continente antártico, donde las y los argentinos que participan de las campañas científicas festejaron con emoción a pesar de las temperaturas heladas. Desde las bases Esperanza y Marambio, el despliegue de las celebraciones se dió con la misma intensidad que en todo el resto del país. Allí, en un territorio actualmente disputado por el Reino Unido, los argentinos festejaron con sus banderas y camisetas al grito de: el que no salta, es un inglés.

 

 

FUENTE:

Perfil

Agenda Malvinas

Página/12

Por Agenda Malvinas

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