En una contundente declaración ante la Cámara de los Comunes de la semana pasada, el Primer Ministro británico, Keir Starmer, afirmó que las Malvinas “son y seguirán siendo británicas. Es algo personal”. Básicamente, el mandatario considera que la soberanía de Malvinas y Gibraltar no se pueden negociar, por lo que hará todo lo posible “para facilitar que todas las empresas comercien más libremente” durante su mandato.
Las declaraciones de Starmer surgen luego de las múltiples especulaciones sobre el futuro de los Territorios Británicos de Ultramar. Principalmente, luego de la decisión de entregar la soberanía del archipiélago de Chagos a la República de Mauricio.
Esta decisión reciente provocó duras críticas por parte de los conservadores, así como también suscitó preocupaciones sobre el futuro de los demás territorios de ultramar del Reino Unido. No obstante, Starmer consideró que durante el gobierno del partido laborista se discutirán ciertas cuestiones más, aunque la soberanía de Malvinas no está en juego.
En la misma reunión de la Cámara de los Lores, Jenny Chapman, subsecretaria de Estado parlamentaria para América Latina y el Caribe, afirmó que “la claridad inequívoca y duradera de este gobierno es que el futuro de las Islas Malvinas y Gibraltar está directa, total y posiblemente en manos de los habitantes de las Islas Malvinas y de los gibraltareños”.
Las declaraciones del Primer Ministro británico, se dan también; luego que el 24 de septiembre pasado, la canciller argentina Diana Mondino y el Secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido David Lammy; pactaran un nuevo acuerdo diplomático de similares características al alcanzado durante el gobierno de Mauricio Macri, conocido como Acuerdo Foradori-Duncan; en el cual la gestión del presidente Javier Milei le concede a la favor de los usurpadores de Malvinas, la reanudación del vuelo semanal desde San Pablo (Brasil) a las islas y el restablecimiento del intercambio científico pesquero de la era menemista, mediante el cual la colonia británica adquiría información certificada sobre la cantidad y calidad del recurso pesquero, para darle valor a las licencias que vende anualmente, de lo que le roba al País suramericano en aguas del Atlántico Sur.
