Como es de público conocimiento, el gobierno sacó del arcón de los recuerdos a la “vieja” Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE). El regreso de la SIDE se materializó 48 horas antes del trigésimo aniversario del atentado de la AMIA.
Broma macabra, porque si hubo una causa que la antigua SIDE utilizó en función de sus intereses corporativos fue justamente esa. Sobre todo, para posicionarse como mano derecha de jueces y fiscales.
Por eso, teniendo en cuenta los antecedentes, nada bueno podemos esperar los argentinos. Mucho menos si el gobierno liberal de Milei encima tiene una política alineada con los intereses de Estados Unidos, el Reino Unido de Gran Bretaña e Israel. Ni que hablar si además la aludida reforma debilita el control que debiera ejercer el Congreso de la Nación.
Y es que el gobierno concibe que el titular de la SIDE, propuesto por el Poder Ejecutivo, ya no necesitará contar con el acuerdo del Senado para manejar el organismo y sus fondos.
Tal como lo ha planteado Luciana Bertoia en el diario Página|12: “El Gobierno cree que el sistema de inteligencia nacional se pudrió en los últimos treinta años —como si hubiera sido ejemplar durante la dictadura, cuando manejó tres centros clandestinos o se dedicó a la persecución de los militantes de la región—. Esa interpretación puede extraerse del DNU 614/2024 con el que resolvió disolver la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) —que tuvo una existencia efímera de menos de diez años—”.
Quizás lo más contradictorio es que para llevar adelante la mencionada reforma se decidió traer a varias de las personas que fueran figuras principales de la “vieja” SIDE allá por los ’90. Por otro decreto, el 615/2024, se establece un término de 120 días para generar una reforma profunda. En ese plazo, se modificará la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI) que estaría comandada, nada más ni nada menos, por Juan Bautista “Tata” Yofre, exjefe de la SIDE durante el gobierno de Carlos Menem y uno de los gurúes de Milei.
Juan Bautista Yofre. Exjefe de la SIDE de Menem a director de la Escuela de Inteligencia de Milei.
Yofre fue designado por Menem al frente de la “vieja” SIDE en julio de 1989. Pero, en enero de 1990, las fuertes disputas internas en el gobierno -así como el hallazgo de múltiples micrófonos ocultos en la Casa Rosada- determinaron su salida del puesto. Cualquier parecido con lo acontecido con el anterior “Señor 5”, Silvestre Sívori, quién fuera eyectado de su cargo bajo acusaciones de espiar a funcionarios del propio gobierno, incluidos los hermanos Milei, a pedido del entonces Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, no resulta una mera coincidencia. Pues en este caso, como en las Matemáticas, el orden de los factores no altera el producto.
Lo demás, la reforma del estatuto para el personal, el nuevo régimen de administración de fondos, el nuevo reglamento de contrataciones de obras, bienes y servicios estarán más en consonancia con los esquemas de la inteligencia angloyanqui que tanto admiran en el gobierno. Cosa que se puede apreciar hasta en la gráfica y los logos utilizados para cada uno de los organismos creados, y que son casi una copia de los utilizados por los servicios de inteligencia, principalmente, yanquis. Ello incluye imágenes como las del águila calva o la masónica pirámide inconclusa copiada de los dólares estadounidenses.
Sergio Darío Neiffert, que reporta a Santiago Caputo y a Karina Milei, tendrá a su cargo la “nueva” SIDE, subdividida en cuatro organismos desconcentrados y controlará los fondos reservados que van a Defensa y a Seguridad para determinadas actividades de inteligencia.
Esos cuatro organismos serán:
· El Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), a cargo de Alejandro Colombo, un exintegrante de la SIDE menemista que fue delegado en Roma y tuvo su regreso, sin pena ni gloria, con Mauricio Macri. Colaborador cercano del exdirector de Operaciones de la SIDE, Antonio Jaime Stiuso. La SIA “criolla” se encargará de cuestiones exteriores y estratégicas;
· La Agencia de Seguridad Nacional (ASN), que estará en manos del comisario general retirado Alejandro Cecati. Fue jefe de la custodia presidencial de Macri y también se desempeñó como jefe de la Casa Militar de Presidencia. Declaró como testigo en la investigación por espionaje ilegal en el caso ARA San Juan. La ASN, réplica de la National Security Agency (NSA), tendrá bajo su órbita cuestiones de seguridad interior tales como crimen organizado, narcotráfico, armas y amenazas contra el orden constitucional;
· La Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC), que estará al mando de Ariel Waissbein. Matemático, consultor sobre ciencia de datos, ciberseguridad y fundador de BetterAgro S.R.L. Tiene numerosos escritos académicos (lo cual lo convierte en una extravagancia dentro del régimen de los liberal libertinos) sobre criptografía y seguridad informática. Se ocupará de, por ejemplo, asegurar las bases de datos del Estado;
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· La División Asuntos Internos (DAI), permitirá técnicamente a los agentes denunciar alguna ilegalidad por parte de sus superiores. No trascendió quién estará al frente de esta división, aunque se estima que será un funcionario de confianza de Neiffert y por extensión también de Caputo y Karina Milei.
Tanto el titular de la SIDE como los directores de los órganos desconcentrados permanecerán en sus cargos durante cinco años, lo que excede un mandato presidencial. El Poder Ejecutivo únicamente está obligado a comunicar sus designaciones a la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia (CBI), que no tendrá posibilidad de objetarlas.
El diputado de Unión por la Patria (UxP), Leopoldo Moreau, quien hasta el año pasado presidió la CBI manifestó: “Que se haga una reforma de este tipo por DNU es un disparate”.
“La inteligencia es un régimen que puede afectar los derechos de los ciudadanos, lo que requiere que exista un control democrático. El control empieza con la discusión de la propia ley”, advirtió Moreau, que fue uno de los diputados gaseados en la manifestación contra la aprobación de la Ley Bases.
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