En una medida que combina la administración del recurso con la defensa geopolítica, el Consejo Federal Pesquero volvió a anticipar la apertura de la temporada 2026. Así, la República Argentina ha decidido mover sus piezas en el tablero del Atlántico Sur. 

Ello sucedió tras un pedido de la Cámara de Armadores de Poteros Argentinos (CAPA) y el aval técnico del INIDEP, confirmándose así, el adelantamiento de la temporada de captura de calamar Illex argentinus al sur del paralelo 44° S.

De tal manera, a partir de las 00:00 del 9 de enero de 2026, la totalidad de la flota potera nacional podrá operar en una zona clave. Si bien la medida se presenta como un ajuste logístico y biológico, su trasfondo es una contundente respuesta a la depredación que flotas extranjeras —financiadas por capitales españoles, coreanos y taiwaneses— ejecutan bajo el amparo de la ocupación británica en las Islas Malvinas.

El circuito del calamar: Una barrera contra la ilegalidad

El calamar es una especie migratoria con un ciclo vital anual. Su ruta se desplaza desde la plataforma continental argentina hacia el talud y, en su trayecto, una parte importante de la biomasa se dirige hacia el sur y el este, ingresando en las aguas circundantes a Malvinas.

Al adelantar la zafra en aguas de jurisdicción federal argentina, el país no solo garantiza que el recurso sea aprovechado por buques de bandera nacional que generan divisas y empleo legítimo, sino que disminuye la disponibilidad de biomasa que llega a las garras de la administración colonial. Es, en términos prácticos, una forma de "cortar el suministro" de un recurso que los usurpadores y sus socios europeos pretenden privatizar ilegalmente.

Malvinas: Una economía colonial al borde del abismo

La decisión argentina llega en un momento de vulnerabilidad extrema para el Reino Unido en el Atlántico Sur. Informes recientes de 2025 confirman que la colonia enfrenta una crisis pesquera sin precedentes:

• Caída estrepitosa: De las 85.000 toneladas capturadas en 2019, la zafra invernal de 2025 apenas alcanzó las 18.000 toneladas.
• Conflicto con socios: El grupo español Hermanos Touza y otros armadores gallegos ya exigen compensaciones económicas a los usurpadores, tras haber pagado 15 millones de euros por licencias de un recurso que ellos mismos ayudaron a depredar.
• Impacto Ambiental: La sobrepesca se suma a las prospecciones sísmicas petroleras ilegales, que desorientan y estresan a la especie, acelerando el colapso del ecosistema.

Una advertencia para las flotas extranjeras

El nuevo esquema de la temporada 2026 queda configurado de la siguiente manera:

1.  Desde el 2 de enero: Apertura entre los paralelos 49° y 52° Sur.

2.  Desde el 7 de enero: Al sur del 44° S para buques que operaron previamente al sur del 49°.

3.  Desde el 9 de enero: Apertura total al sur del 44° S.

Esta escalada operativa asegura que la flota argentina esté posicionada y pescando antes de que las flotas que operan en la milla 201 y en las aguas ocupadas puedan interceptar los cardúmenes.

Conclusión: El silencio no es opción

Mientras la administración colonial británica intenta "blanquear" su complicidad en el saqueo atribuyendo la escasez únicamente al cambio climático, la realidad es inobjetable: el caladero de Malvinas ha sido devastado por una gestión extractivista e ilegal.

Argentina, mediante este adelantamiento de temporada, ejerce un acto de administración soberana que protege su patrimonio ictícola. La desaparición del calamar en las islas no es solo un desastre ecológico; es la sentencia de muerte para un modelo económico basado en el robo de recursos naturales ajenos. La protección del Atlántico Sur no admite demoras ni complicidades internacionales.