El rompehielos Xue Long 2 partió el miércoles desde Shanghái hacia las bases de China en el continente antártico, dando comienzo a la 39° Expedición de la potencia oriental en el polo austral. El buque transportará un contingente de 255 científicos, y prevé realizar un segundo viaje para completar el traslado del personal que participará de la campaña.
El trabajo antártico desarrollado por China destaca en el monitoreo automatizado de sus puestos de observación meteorológica, instalados en las bases Kunlun y Taishan durante los últimos 10 años. Utilizando equipamiento especial para operar en temperaturas ultra-bajas, la potencia asiática obtiene información de las condiciones climáticas en tiempo real, lo que le permite optimizar la logística del recorrido.
En el marco de esta 39° Expedición Antártica, la república popular anunció que continuará introduciendo nueva tecnología y equipamiento científico en sus estaciones polares del sur, para incrementar este sistema autónomo de recolección de datos. Tras la misión, el Instituto de Investigación Polar de China podría realizar nuevos anuncios, de cara a su próximo período de planificación quinquenal.
Un crecimiento polémico
La rápida expansión del gigante oriental sobre el continente antártico ha sido motivo de controversia internacional durante los últimos años. Una tensión particular existe entre China y Australia en este aspecto, donde cada nación denuncia movimientos irregulares del otro país dentro de la región.
A comienzos de 2022 China elevó una protesta por el uso de drones de vigilancia y helicópteros de larga distancia por parte de Australia, argumentando que ello constituye una militarización del espacio austral que infringe lo establecido por el Tratado Antártico. Australia, por su parte, acusó a China de tener ambiciones expansionistas sobre el continente blanco, en un intento por anticipar el control de sus recursos naturales.
En la década de 1980 la República Popular de China comenzó a desarrollar su programa antártico, logrando instalar su primera base sobre la Isla 25 de Mayo con el apoyo de Argentina. Desde entonces, la nación asiática ha progresado en la inversión de recursos y la instalación de bases, alcanzado este año el mismo número de estaciones con las que cuenta Estados Unidos sobre la región.
Esta instalación, cuyo nombre todavía no fue anunciado al público, se ubica en parte del territorio antártico reclamado por Australia. Si bien la nación anglosajona adjudica su soberanía sobre el 41% del continente austral, derecho que no encuentra gran respaldo dentro de la comunidad internacional, el emplazamiento de esta última base china ha sido motivo de desencuentros diplomáticos entre ambos países a lo largo de 2022. A pesar de ser importantes socios comerciales, la tensión entre China y Australia se encuentra en aumento debido a sus ambiciones contrapuestas en materia de geopolítica.