El Comité de Auditoría Ambiental (EAC) de la Cámara de los Comunes del Parlamento británico celebró ayer, una sesión especial sobre la exploración petrolera rusa en la región polar austral, tras las afirmaciones de que la compañía de exploración petrolera Rosgeo había informado que su buque de investigación Alexander Karpinsky había completado un estudio geológico exhaustivo del subsuelo, cartografíando perspectivas muy prometedoras de petróleo y gas en las plataformas petrolíferas de la Antártida.
En la sesión se interrogó a tres ministros sobre las actividades de prospección petrolera rusa en la Antártida, que se cree que se encuentran dentro del territorio reclamado por el Reino Unido, Argentina y Chile. Los estudios del barco Alexander Karpinsky formaron parte de la 65ª expedición antártica rusa y cubrieron la parte sureste del mar de Riiser-Larsen frente a la costa de la Tierra de la Reina Maud, una región antártica reclamada por Noruega.
Según informes de los medios de comunicación del Reino Unido, el Comité Ambiental escuchó que, desde 2011 Rusia viene realizando estudios sísmicos frente al Mar de Weddell, que cae dentro del reclamo del Reino Unido en territorio antártico.
De acuerdo a Rosgeo, sus estudios han revelado aproximadamente 500.000 millones de barriles (70.000 millones de toneladas) de potencial de hidrocarburos en las cuencas del Océano Austral.
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