El gobierno abandona el proyecto del canal Magdalena

En un nuevo capítulo de renuncia a la soberanía nacional, Milei desechó el proyecto de dragado del canal Magdalena y le dio el visto bueno al uruguayo Lacalle para que amplíe el puerto de Montevideo. Los buques que bajan y suben del Paraná y Buenos Aires, seguirán pasando por Uruguay.

7 de febrero de 2024 10:29

Concebido como una ruta vital para integrar los puertos argentinos y reducir los costos, ahora queda en suspenso. (Credito OCIPEX)

En un giro notable, el presidente de Argentina Javier Milei renunció de facto al ambicioso proyecto de dragado del Canal Magdalena, una iniciativa destinada a fortalecer la conexión marítima del país con el océano Atlántico. La decisión de dar luz verde a Uruguay para ampliar el puerto de Montevideo, reabre el profundo debate sobre la soberanía nacional y las relaciones comerciales.

 

El acuerdo entre Milei y el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, para impulsar la expansión del puerto de Montevideo, marca un hito en las relaciones entre ambos países. Sin embargo, esta colaboración ha provocado serios cuestionamientos sobre la dependencia argentina de su vecino y el impacto en la economía y la seguridad estratégica.

 

El canal Magdalena, concebido como una ruta vital para integrar los puertos argentinos y reducir los costos de navegación, ahora queda en suspenso. Este canal, que habría beneficiado a importantes puertos bonaerenses como La Plata y Bahía Blanca, se desvanece en favor del desarrollo portuario de Montevideo.

En términos de abastecimiento de Tierra del Fuego, la noticia no podría ser más negativa. Para las embarcaciones que desde Buenos Aires o Rosario traen mercadería, insumos etc. Hacia y desde nuestra provincia, tener que dirigirse obligatoriamente al puerto de Montevideo, encarece sustancialmente sus costos. Que, obviamente, se trasladan al precio de los productos que transportan, y que cada fueguino debe pagar en exceso. El proyecto del canal Magdalena, además de su importancia en términos de soberanía, implicaba una trascendental ventaja para nuestra provincia en materia comercial.

La profundización del canal de acceso al puerto de Montevideo hasta los 14 metros, anunciada por Lacalle Pou, permitirá la entrada de buques de carga más grandes y aumentará la competitividad del puerto uruguayo. Si bien esto representa un avance significativo para Uruguay, para Argentina implica un retroceso en términos comerciales y de seguridad estratégica.

La decisión de abandonar el Canal Magdalena ha suscitado preocupación entre diversos sectores. Luciano Orellano, referente del Foro por la Recuperación del Paraná, advirtió que esta renuncia va más allá de lo comercial, siendo también un tema de defensa y soberanía nacional. Orellano señaló que Argentina está renunciando a tener un puerto estratégico como el de Buenos Aires y cede terreno en un aspecto crucial para la protección de sus intereses marítimos.

 

Desde Rosario, otro importante puerto argentino, salen más de 6,000 buques anuales que deben dirigirse a Montevideo antes de acceder al mar. Esta realidad refuerza la crítica sobre la pérdida de control y administración que implica la decisión de abandonar el proyecto del Canal Magdalena.

 

En resumen, el abandono del proyecto del canal Magdalena a favor de la ampliación del puerto de Montevideo refleja una nueva dinámica entre Argentina y Uruguay, con repercusiones que van más allá del ámbito comercial. Una clara renuncia a la soberanía nacional y a los intereses estratégicos en la región.

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