Alejandro Deanes, miembro del Parlasur en representación de la provincia Argentina de Tierra del Fuego y referente de Unión por la Patria, logró que el organismo emitiera una declaración en rechazo a los ejercicios militares británicos en el Atlántico Sur.
Es la primera vez en la historia del Parlasur que un representante en Tierra del Fuego, consigue que los parlamentarios del Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, se pronuncie formalmente sobre estos aspectos en torno a la cuestión Malvinas.
Esto se da en un contexto que tendrá una sesión especial en Montevideo el 10 de junio, Día de los Derechos Soberanos argentinos sobre las Malvinas, los Archipiélagos y la Antártida.
El martes de la semana pasada, en la sesión de la 72ª ordinaria del Parlamento del Mercosur, Alejandro Deanes presentó un Proyecto de Declaración de Repudio a la realización de ejercicios militares en el Atlántico Sur, teniendo en cuenta que el colonialismo anglosajón continúa desconociendo la soberanía argentina y la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas No 41/11 del 27 de octubre de 1986.
La iniciativa, que fue aprobada por unanimidad, manifestó que “el Parlamento del Mercosur expresa su enérgico rechazo a la realización de ejercicios militares en aguas del Atlántico Sur en aguas jurisdiccionales en disputa, en incoherencia con los principios de paz y cooperación establecidos en las resoluciones de la ONU y en la comunidad internacional”.
Desde la creación del Parlasur en 2006, la aprobación de esta declaración marca un hito inédito: es la primera vez que un representante de Tierra del Fuego con vinculaciones directas a la Cuestión Malvinas logra que la institución se pronuncie en contra de las maniobras militares del colonialismo británico en el Atlántico Sur, un escenario de gran simbolismo para fortalecer la posición argentina y regional en la defensa de la soberanía.
El proyecto fue elaborado en un contexto donde las instituciones internacionales, como la ONU, reiteran la necesidad de reanudar negociaciones entre Argentina y Reino Unido para resolver la soberanía de Malvinas, que continúa pendiente desde 1833.
Sin embargo, mientras esto sucede, Gran Bretaña mantiene una presencia militar activa en las islas, realizando ejercicios de guerra permanentemente —a menudo con participación de Estados miembros de la OTAN, como EE.UU, y en momentos de tensión internacional— en clara violación de las resoluciones internacionales.