Tal como hemos venido informando, el gobierno invasor proyecta en las Islas Malvinas reemplazar el puerto que funciona desde la época de posguerra en la costa de Puerto Argentino. Esas nuevas instalaciones portuarias serían construidas por la empresa Harland & Wolff para ser utilizadas en actividades vinculadas a la explotación petrolera, pesquera, turismo, ciencia, investigación, defensa y proyección antártica.
Pero sus anhelos chocan contra una dura realidad: los problemas económicos y financieros que arrastra Harland & Wolff.
Y es que el gobierno británico no ofrecerá apoyo financiero a Harland & Wolff Group Holdings PLC debido al riesgo de pérdida de dinero público.
John Wood, el presidente ejecutivo que fue relevado del cargo frente a la crisis de la empresa
En un comunicado emitido por la empresa se informa que: “El Departamento de Negocios y Comercio ha notificado a la Compañía que el Gobierno de Su Majestad no procederá con la solicitud de la Compañía para la facilidad EDG en este momento. Por lo tanto, la Compañía ha acelerado las conversaciones con Gestión de crédito Riverstone LLC (principal acreedor de Harland & Wolff) con el fin de obtener nuevas líneas de crédito alternativas para respaldar las necesidades de capital de trabajo a corto plazo de la empresa tras el importante crecimiento reciente de sus ingresos. Se espera que estos acuerdos de financiación alternativos se cierren en los próximos días”.
También informaron que: “Como parte de esta planificación a largo plazo, la Compañía está contratando a Rothschild & Co para evaluar las opciones estratégicas para el Grupo”.
Tal como lo anticipara el portal mexicano Ofici Nista, los astilleros Harland & Wolff se vieron obligados a suspender sus acciones cotizadas en Londres a principios de julio y ha incumplido dos plazos para presentar cuentas auditadas, lo que plantea dudas sobre sus finanzas y su capacidad para cumplir con el contrato de la Marina Real por 1.600 millones de libras para construir los tres buques de apoyo sólido de la flota.
Esto le agrega mayores problemas con sus trabajadores, quienes vienen reclamando una recomposición de sus salarios, ya que los mismos se encuentran congelados desde principios de año.
Según se supo, Harland & Wolff celebró una reunión de la junta directiva para considerar sus finanzas. Sin embargo, no ha proporcionado a los trabajadores ninguna actualización sobre las conversaciones y la administración del astillero principal en Belfast no ha sido informada, lo que deja a los trabajadores con más dudas que certezas sobre el futuro de sus puestos de trabajo.
Harland & Wolff ha estado drenando recursos para contratar una plantilla de 1.500 operarios en la planta de Belfast, en los astilleros de Appledore en Devon y Methil y Arnish en Escocia, ya que tiene previsto dividir el trabajo sobre los buques de apoyo a la flota de la Marina Real en sus cuatro plantas.
Cabe destacar que dicho contrato lo consiguió asociándose con la empresa estatal española Navantia y con la británica BMT Group, única manera de poder ganar esa licitación ya que Harland & Wolff no ha construido ningún barco desde 2003, pero igualmente el gobierno conservador británico le otorgó, en su momento, el jugoso contrato por 1600 millones de libras (cerca de 2000 millones de dólares).
Un vocero de la empresa ya había adelantado que “Harland & Wolff es consciente de que los funcionarios públicos están informando a los nuevos ministros sobre nuestro caso”.
“Hemos propuesto un acuerdo revisado al nivel estándar garantizado del 80%, que se ha adjudicado a cientos de otras empresas, y esperamos escuchar la respuesta del gobierno”, agregando que “el nuevo gobierno lleva poco más de una semana en el poder, por lo que llevará tiempo resolver el proceso. Hasta el momento, no hemos recibido ninguna decisión y estamos dispuestos a reunirnos cuando les resulte conveniente”.
No conseguir la garantía de crédito solicitada constituye un tremendo golpe para Harland & Wolff, que había llegado a un acuerdo hace más de un año con UK Export Finance, un departamento ministerial, en épocas de la gestión conservadora.
Con esta nueva situación, los astilleros se verán obligados a pedir dinero a prestamistas privados a tasas de mercado estándar para refinanciar sus pasivos de 191 millones de libras.
Y la nueva coyuntura pondrá en duda y en un altísimo nivel de riesgo al proyecto de transformación del puerto que el gobierno de ocupación en Malvinas quiere llevar adelante.
En efecto, Harland & Wolff ya advirtió que, en caso de no obtener la garantía de crédito solicitada, deberá reconsiderar la ejecución de varias de las obras que tiene planificadas en otras partes del mundo, principalmente el caso de la renovación del Puerto Argentino en las Islas Malvinas.
Los españoles se la veían venir
Los medios españoles eran más adversos al respecto, ya que consideraban que la firma “se encamina a su segunda quiebra en cinco años en el caso de que no logre una serie de ayudas públicas por parte del Gobierno británico” según reportaba Economía Digital Galicia.
El portal gallego confirmó la información brindada por su par mexicano agregando un funesto detalle: “las acciones de Harland & Wolff se encuentran suspendidas en bolsa desde principios de julio después de que no presentase sus cuentas anuales en tiempo y forma”.
Jhon Wood, el nuevo presidente ejecutivo, encargado de la dificil tarea de recapitalizar la empresa.
Incluso informaron que su presidente ejecutivo, John Wood, encargado de llevar las riendas de la empresa en estos últimos cinco años desde su rescate, “se ha echado a un lado provisionalmente para dar paso al experto en reestructuraciones, Russell Downn” quien será el encargado de «una recapitalización destinada a dotar a la empresa de una base financiera sostenible», según informó Harland & Wolff a través del comunicado.
Fuentes:
Harland & Wolff Group Holdings PLC