En otro acto de negacionismo y complicidad política, el Senado de la Nación designó al nuevo funcionario en un cargo clave. Se trata de Juan Manuel Gestoso Presas, un militar en retiro con un pasado oscuro, nombrado subdirector general de Auditoría y Control de Gestión por la vicepresidenta Victoria Villarruel.
La elección, que genera cuestionamientos públicos, remite a un episodio judicial que aún mantiene abiertas varias heridas en el proceso de justicia por los crímenes de lesa humanidad en la última dictadura militar.
Gestoso Presas, exoficial del área de inteligencia, fue procesado en Salta en 2008 por ordenar la quema de registros de la maternidad del Hospital Militar de esa provincia. La documentación había sido hallada en un operativo, y contenía registros de nacimientos desde principios de los años setenta hasta 1997.
Para los fiscales, la destrucción de estos libros estaba vinculada con ocultar testimonios que podrían haber facilitado la identificación de menores nacidos en cautiverio y apropiados durante la dictadura, delito conexo a los crímenes de lesa humanidad.
El proceso judicial contra Gestoso Presas, sin embargo, concluyó en 2014 con un fallo de sobreseimiento. La razón fue que la acción penal prescribió, pues el tribunal consideró que la sustracción y la posible destrucción de los registros no estaban a la altura de delitos imprescriptibles por existir un criterio de que no constituyeron un delito de lesa humanidad en sí mismos, sino una acción destinada a obstaculizar la justicia.
El oficial, que en ese momento aún estaba al frente de la Compañía de Inteligencia 5 del Ejército, había sido acusado precisamente por ordenarle a su subordinado, Silvio Mannino Leal, que quemara los libros. Esto, según las investigaciones, no llegó a concretarse, ya que Mannino Leal fingió cumplir la orden y guardó los documentos en su domicilio.
La misma figura de Gestoso Presas está vinculada a Claudio Gallardo, actual director general de Seguridad del Senado y uno de los colaboradores más cercanos a la vicepresidenta. Gallardo, que fue compañero de armas del padre de Villarruel, fue también oficial del Ejército con vínculos en el área de inteligencia, y tuvo relaciones con César Milani, exjefe del Ejército en tiempos de Cristina Fernández de Kirchner, cuyas acciones en el pasado también generaron fuertes polémicas.
El Ministerio de Defensa dirigido entonces por Nilda Garré recibió los libros que Mannino Leal había conservado y se generó una denuncia penal y un sumario interno. Inmediatamente, el Director del Hospital, Carlos Fernando Tozzeto Aria, y el propio Gestoso Presas, prácticamente en un acto de confesión de parte, fueron pasados a retiro.
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