El experto en Pesca y Atlántico Sur, César Lerena; en un artículo de opinión publicado durante la jornada de hoy por Agenda Malvinas, se pregunta ¿por qué los argentinos no consumen pescados?, teniendo un territorio marítimo dos veces más grande que el área continental. Y en la primera respuesta a ese interrogante surge, que el motivo originario es porque el 95% de nuestra pesca se exporta, producto que el empresariado no está dispuesto a seguir las erráticas políticas de los gobiernos y menos acogerse a los precios controlados en el medio de un proceso inflacionario descontrolado.
Sin embargo, más allá de esta situación de escasísimo consumo interno, de precios prohibitivos para los argentinos y que nuestros recursos sean destinados casi en su totalidad a los mercados externos; debe sumársele el saqueo pesquero que se produce en aguas adyacentes a las Islas Malvinas y en vastos sectores del Atlántico Sur; tanto por la pesca no regulada ni reglamentada que se produce dentro y fuera de la milla 200, como por parte de Gran Bretaña y sus socios españoles, taiwaneses y coreanos. Y esto último, frente al nulo interés de los gobiernos y en especial de la Cancillería que nada hace, ni ha hecho -luego de la guerra de 1982-, por revertir faraónica expoliación.
Los datos hablan por sí solos. Y para tomar un parámetro de ese robo monumental que ejecutan los ingleses desde la colonia implantada en Malvinas, solo basta verificar la información que brindan periódicamente las propias empresas españolas dueñas de los barcos que pescan con licencia kelper, para entender y cuantificar el despojo.
Lo difundieron ellos, y lo publicamos el mes pasado en Agenda Malvinas: en la primera temporada anual 2023, de pesca de calamar, los barcos españoles llenaron sus bodegas con 53.500 tn de este preciado molusco que se reproduce, crece y desarrolla en aguas de la Patagonia argentina.
Y lo que no dijeron, ni dicen, ni españoles, ni kelpers, ni el funcionariado de la Cancillería probritánica porteña lo decimos desde Agenda Malvinas: el valor de la tonelada del calamar que se roban, a partir de una certera evaluación realizada por César Lerena; tiene un costo unitario de u$s 4000; lo que multiplicado por esas 53.500 toneladas que se llevaron entre febrero y mayo de este año, equivale a u$s 214.000.000.
No obstante, cuando trasladamos ese volumen al precio minorista de 13 euros que Agenda Malvinas registró en 2019, como valor por kilogramo en los mostradores de España; la cifra alcanza nuevas dimensiones; llegando a multiplicar la tonelada a un costo de u$s 14.430, y un volumen total cuantificado en la misma moneda, de u$s 772.005.000.
En España festejan, como en los siglos XV, XVI y XVII; el monumental saqueo que realizan a los argentinos y argentinas, frente a la voluntaria miopía de los gobiernos que sucedieron a la presidencia de Raúl Ricardo Alfonsín, cuyo hijo “Ricardito”; hoy se pavonea por Madrid, entre tertulias de jerez y canapés, como embajador de la Nación; sin pronunciar una sola palabra del repulsivo robo a las riquezas y recursos naturales en torno a las Islas Malvinas.