Con la necesidad de renovar su flota, la Armada Argentina ha puesto su mirada en la adquisición de tres submarinos de la clase 209NG, fabricados en Alemania.
El acuerdo, que podría implicar un costo de aproximadamente 4.300 millones de dólares, vendría acompañado de una garantía financiera del gobierno alemán, facilitando el acceso a préstamos a largo plazo que serían cruciales para modernizar un sistema naval debilitado.
Las negociaciones en curso apuntan a revitalizar la capacidad submarina argentina, que quedó severamente afectada tras la trágica desaparición del ARA San Juan en 2017.
Desde entonces, la flota submarina del país se ha visto despojada de sus activos operativos, lo que resalta la necesidad urgente de reintegrar submarinos en servicio.
En ese sentido, Alemania no solo se presenta como un proveedor, sino que también ofrece formación para la tripulación y un suministro de piezas de repuesto, aspectos vitales para mantener la operatividad de los nuevos sumergibles.
El submarino 209NG, también denominado “Next Generation”, incluye la posibilidad de equiparlo con un sistema de Propulsión Independiente del Aire (AIP), lo que extiende considerablemente su autonomía sumergida y mejora sus capacidades de sigilo.
No obstante, Alemania no es la única nación interesada en establecer lazos militares con Argentina. Francia ha manifestado su intención de presentar una oferta similar, que incluiría submarinos de la clase Scorpène, otro modelo conocido por su eficacia en combate.
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