Las enseñanzas que el imperialismo yanqui pretende sacar de la guerra de Malvinas

Aunque parezca poco creíble, un oficial de inteligencia y ex oficial de guerra de superficie de la Marina de EE.UU. planteo la existencia de indicadores que alertarían a los EE.UU. de una eventual intervención militar china en Taiwán basándose en la experiencia de la guerra de Malvinas.

28 de junio de 2024 10:25

Los últimos días de mayo el Ministerio de Defensa taiwanés indicó que 28 de las aeronaves chinas cruzaron la línea media del Estrecho.

Hace pocos días, en el sitio web del Instituto Naval de EE.UU. (USNI según su sigla en inglés) se publicó el artículo “La guerra de las Malvinas: indicadores de inteligencia para el estrecho de Taiwán” que lleva la firma de Anthony Iavarone, Teniente de la Marina de los EE. UU.

En dicho artículo, Iavarone sostiene que “indicadores de inteligencia aprendidos de la Guerra de las Malvinas se pueden aplicar a los acontecimientos actuales en el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán”.

Partiendo de una base de gruesos errores históricos, Iavarone sostiene que: “Un repaso a las Islas Malvinas revela similitudes con la disputa de soberanía entre China y Taiwán”. Nada más alejado de la realidad ya que compara manzanas con limones.

Mientras los reclamos argentinos de soberanía sobre las Islas Malvinas surgen como consecuencia de la violenta invasión colonialista británica del 3 de enero de 1833 y su posterior reocupación por el enemigo invasor británico del 14 de junio de 1982; el caso de Taiwán fue el resultado de una larga y prolongada guerra civil que tuvo como consecuencia el acantonamiento del Gral. Chiang Kai Shek y las fuerzas del Kuomintang en la Isla de Formosa (hoy denominada Taiwán por los separatistas) y que fueron derrotadas por las fuerzas del Ejército Popular de Liberación (EPL) conducidas por el Partido Comunista de China (PCCh) al mando de Mao Zedong cuando se funda la República Popular China, en octubre de 1949.

La recuperación argentina de Malvinas fue la respuesta a una violenta agresión imperialista prolongada en el tiempo, por parte de una potencia extranjera (Reino Unido) contra un país y un pueblo oprimido como el nuestro. Las Malvinas fueron, son y serán siempre una causa justa porque representan la causa de los pueblos oprimidos y naciones agredidas contra el crimen del colonialismo agresor e invasor. A diferencia del caso de Taiwán que es fruto de la decisión política y militar del PCCh y del EPL de no prolongar la cruenta guerra civil, permitiendo a las fuerzas derrotadas del Kuomintang mantener un bastión donde habitar y establecerse, con el objetivo de conseguir, con el paso del tiempo, la restitución de la soberanía y la reunificación del país por medios pacíficos evitando un derramamiento mayor de sangre entre hermanos.

Iavarone sostiene falsamente que: “Aunque en 1982 se disponía de imágenes satelitales aéreas, el Reino Unido afirmó que estaba luchando en gran medida sin ellas. Posteriormente, Argentina acusó a Estados Unidos de proporcionar al Reino Unido inteligencia valiosa sobre sus activos críticos, como el General Belgrano. Sin embargo, Estados Unidos refutó esto porque las imágenes eran ‘de tan mala calidad que Washington en realidad se las mostró a los argentinos para demostrar que no estaban ayudando a los británicos’. Argentina no tenía acceso a equipos de recopilación de inteligencia a bordo de vehículos espaciales. Por lo tanto, ambas naciones estaban fijando y rastreando en gran medida objetivos sobre el horizonte con capacidades similares a las de la Segunda Guerra Mundial, como radar, sonar y vectorización visual”.

Consultado por Agenda Malvinas, sobre el punto en cuestión, Juan Rattenbach, sostuvo que la similitud puede darse “por este tema de que la guerra de Malvinas fue el mayor conflicto aeronaval después de la Segunda Guerra Mundial y es lo que más se le asemeja a un posible conflicto (de China) con Taiwán”, aunque aclara que es “con la diferencia de instrumentos como la geolocalización” y que “la nota (de Iavarone) miente porque asegura y perjura que EE.UU. no ayudó satelitalmente al Reino Unido”.

El artículo de Iavarone postula la existencia de seis indicadores de inteligencia que podrían permitirle a EE.UU. tomar decisiones, en caso de que la República Popular China decidiese avanzar por la fuerza sobre Taiwán, basándose  en la experiencia recogida del conflicto que en 1982 enfrentó a la Argentina y el Reino Unido:

1.     Una crisis interna;

2.     Lo que dice la prensa;

3.     Una próxima capacidad armamentística;

4.     Un empujón diplomático final o un ligero calentamiento de las relaciones;

5.     Una crisis regional no relacionada;

6.     Desvío de activos militares críticos de un compromiso previamente anunciado.

Para justificar cada uno de esos indicadores utiliza una situación histórica o algunos hechos vinculados con los sucesos de 1982. Pero su análisis, como ya hemos señalado, parte de una concepción sesgada de la historia que rodeo a la guerra en el Atlántico Sur. Tampoco tiene en cuenta el incomparable nivel de desarrollo, poderío y autonomía alcanzado por la República Popular China en la actualidad, que nos parece imposible de comparar con la situación de Argentina en 1982.

Para el autor del artículo, de los seis indicadores mencionados el quinto es el más peligroso y podría aplicarse al Estrecho de Taiwán si se produjera “la aparición de una crisis regional no relacionada. Por ejemplo, un conflicto que involucre a China en el Mar de China Meridional podría convertirse en un casus belli que desemboque en el Estrecho de Taiwán. Una crisis regional que involucre a países como India o Vietnam permitiría a los chinos movilizarse sin tener que enfrentarse inmediatamente al ejército estadounidense”.

“Además, una crisis de este tipo podría ralentizar el proceso de toma de decisiones de Estados Unidos y sus aliados mientras debaten una posible guerra con China por una cuestión secundaria”, sostuvo el Teniente Iavarone.

Por suerte no somos los únicos que creemos que el Teniente yanqui no sabe nada de historia argentina. En una nota publicada en el portal Escenario Mundial, Valentina Borghi Ponti pregunta: “¿es efectivamente similar lo sucedido en 1982 con las actuales pretensiones del gigante asiático sobre el archipiélago?”, a lo cual responde: “Este análisis da por sentado el rol de Argentina como invasor, planteando un marcado sesgo al equiparar la posición del país con las actuales intenciones de China en Taiwán e ignorando la histórica reclamación de las Islas, con fundamentos históricos creíbles, por parte de Argentina”.

El USNI es una asociación militar privada fundada en 1873, que ofrece foros para debates sobre cuestiones de seguridad nacional a los yanquis. Además de publicar revistas y libros, el USNI celebra varias conferencias anuales. Según ellos, cuentan con casi 50.000 miembros, en su mayoría personal activo y retirado de la Armada, del Cuerpo de Marines y la Guardia Costera de los Estados Unidos. La organización también tiene miembros en más de 90 países. Su sede se encuentra en Annapolis, Maryland, en terrenos de la Academia Naval de los EE.UU. mediante un permiso otorgado por una Ley del Congreso de los EE.UU. de 1936.

Fuentes:

usni.org

Escenario Mundial

Por Agenda Malvinas

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