Ushuaia y el mito de la puerta de entrada a la Antártida

Expresidente del Instituto Fueguino de Turismo desmiente que Ushuaia sea la puerta de entrada a la Antártida y en su lugar, pone a la ciudad chilena de Punta Arenas. Afirma que las operaciones de 22 países en esa ciudad es la demostración de soluciones operativas y comerciales eficientes, integrales y “sistémicas” y critica los “intereses corporativos de las Fuerzas Armadas” como motivo de su estancamiento.

11 de junio de 2024 15:32

En lo UNICO que la Argentina es LIDER, es el Turismo antártico–marítimo, afirmó Daniel Leguizamón.

Compartimos un resumen de la nota de opinión publicada en El Diario del Fin de Mundo el pasado miercoles 5 , escrita por Daniel Leguizamón; quien fuera presidente del Instituto Fueguino de Turismo (INFUETUR), entre 1992 y 2000, donde rompe el mito de Ushuaia como puerta de ingreso a la Antártida y demuestra con cifras que ese privilegio corresponde a Chile.

En su escrito, Daniel Leguizamón manifiesta que “en lo UNICO que la República (Argentina) es LIDER a nivel antártico internacional, es lo que desarrolló el gobierno de la flamante provincia de Tierra del Fuego, ANTARTIDA e Islas del Atlántico Sur en los ’90, que es el Turismo antártico–marítimo”.

El extitular del INFUETUR recordó que “mediante políticas activas”, en los años que estuvo al frente de la gestión “se pasó de un 30% en la temporada 1992/1993 a un 95% del total mundial de turistas que partieron desde Ushuaia para conocer la Antártida en la temporada 1999/2000, porcentaje que se sigue manteniendo hasta la actualidad”.

Leguizamón, en su artículo, pone de manifiesto y basado en cifras, que durante la década de los ’90 “Chile contaba con 2 o 3 programas antárticos internacionales operando desde Punta Arenas y Argentina algunos más operando desde Ushuaia”, pero que en la actualidad “veintidós países y organizaciones internacionales operan REGULARMENTE desde Punta Arenas, mientras que Ushuaia sólo recibe ESPORÁDICAMENTE buques y aviones cuya principal operación se establece a través del link Punta Arenas – Aeródromo Teniente Marsh en la base chilena Frei Montalva”.

Según él, esta situación se debe a que “Chile ha desarrollado soluciones operativas y comerciales eficientes, integrales y “sistémicas” para articular ambas cabeceras (Puerta de Entrada y Antártida) con el objeto de captar la estratégica y lucrativa actividad antártica INTERNACIONAL, en tanto que la Argentina siempre ha optado por la opción castrense, desestimando todo intento de desarrollar a Ushuaia como la principal puerta de entrada mundial al continente blanco”.

Y como para graficar esta situación, que rompe con el mito de Ushuaia como puerta de entrada a la Antártida, Leguizamón sostiene que mientras “Chile ha reportado más de 150 operaciones logísticas y turísticas de Punta Arenas a la Base Frei Montalva, operadas por líneas aéreas PRIVADAS, como Aerovias DAP que hace décadas opera vuelos turísticos y logísticos a la Antártida, a la que se han sumado líneas aéreas extranjeras que operan con turismo, como Icelander (islandesa) y otras”, desde Ushuaia, la “puerta de entrada” más cercana a la Antártida “operaron cero (0) vuelos privados, por la histórica e inentendible negativa del Comando Conjunto Antártico, para quienes solamente pueden operar vuelos militares”, lo que pone de manifiesto, según el expresidente del INFUETUR, lo muy mal aprovechada en materia logística y científica que se encuentra esta ruta de ingreso al continente helado.

En su nota, Leguizamón manifiesta que en ciudades como Christchurch (Nueva Zelanda), Hobart (Australia) Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y Punta Arenas (Chile), una significativa proporción de operaciones aéreas antárticas científicas, logísticas y turísticas “son desarrolladas por EMPRESAS PRIVADAS, bajo la estricta normativa del Sistema del Tratado Antártico […] Salvo en Argentina, donde la concepción unitario castrense ha dispuesto históricamente negarle a Ushuaia y al sector privado cualquier papel trascendental, tanto en el posicionamiento como en la proyección antártica internacional, a contramano de los criterios del Sistema del Tratado Antártico que imperan en el Siglo XXI y de los intereses del propio país”, se quejó amargamente el exfuncionario

A su entender, “a diferencia de Chile, que apoya abiertamente a Aerovías DAP, la empresa aérea de Punta Arenas que hace décadas opera logística y turismo antártico internacional, el Comando Conjunto Antártico jamás ha permitido la operación del sólido y altamente profesional emprendimiento de los propietarios de Heliushuaia, cuyos pilotos cuentan con mucha más experiencia en volar en altas latitudes y climas severos, similares a los que pueden encontrar en el extremo norte de la península antártica, a 1000 kmts de Ushuaia y 4000 kmts del polo sur”.

El expresidente del INFUETUR fue mucho más allá al preguntarse “¿Por qué razón HOY SÍ se puede operar en la Base Petrel (ubicada a nivel del mar) y desde 1967 NO…?”, añadiendo otro interrogante de difícil respuesta: “¿por qué se eligió en cambio Marambio, ubicada a 200 metros sobre el nivel del mar, absolutamente inaccesible en forma terrestre, por lo que todo el abastecimiento debe realizarse con helicópteros, con un costo sideral?”.

Para Leguizamón existen “prolijas versiones oficiales y otras que, sólo en confianza se pueden escuchar” que permiten explicar por qué la Fuerza Aérea Argentina se negó rotundamente a que la base de operaciones aérea de la Argentina en la Antártida quedara en manos de una base “naval”. Y aunque el expresidente del INFUETUR no termina de hacer explícitas esas versiones si da cuenta de la solución al sugerir que “el tema parece haberse destrabado con el modelo de “Base Conjunta” de 2013. PERO… con la pista de aterrizaje operada por la Fuerza Aérea… (cada cual en sus dominios)”.

Para Leguizamón Argentina tardó medio siglo en comprender “que era necesaria una base de operaciones a nivel del mar, que facilita notablemente la logística, que reduce drásticamente los costos de operación y que los intereses nacionales están por encima de los intereses corporativos de la Fuerzas Armadas.” A lo que agregó que “sería bueno que ya casi transcurrido un cuarto del Siglo XXI hagamos una profunda reingeniería CONCEPTUAL y operativa para impulsar un auténtico CAMBIO DE PARADIGMA que nos permita capitalizar el extraordinario potencial de Ushuaia como conexión óptima con la Antártida”, alentando la  actividad privada local y capitalizando las grandes capacidades de nuestro país en la materia, “pero no desde una visión corporativa y centralista, sino en beneficio del verdadero interés nacional”, sentenció el exfuncionario.

Fuente:

El Diario del Fin del Mundo

Por Agenda Malvinas

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