Los astilleros de Harland & Wolff, responsables del proyecto del puerto nuevo en las Islas Malvinas, denominado por el gobierno de ocupación como FIPASS (Falkland Interim Port and Storage System), “continúa completamente sin ser afectado”, señaló el portal de noticias MercoPress., a pesar de la existencia de varios informes de prensa británicos que refieren a “dificultades financieras”. Según trascendió, la firma Harland & Wolff viene manteniendo conversaciones con el gobierno británico por una garantía de crédito por 200 millones de libras, que ayude al refinanciamiento del astillero en Irlanda del Norte.
El nuevo puerto de grandes dimensiones que el invasor proyecta en nuestras Islas Malvinas, reemplazará al que funciona desde la época de posguerra y que también fuera construido por los mismos astilleros. Según informó Infobae, el nuevo puerto podrá ser utilizado para actividades vinculadas a la explotación petrolera, pesquera, el turismo, la ciencia e investigación y hasta la defensa.
Pero, la semana pasada, el diario The Daily Telegraph, informó a sus lectores que directivos de la empresa, famosa mundialmente por haber construido el Titanic, advirtieron a funcionarios ingleses que en el “peor de los escenarios, de no poder asegurarse la garantía del crédito por unos 200 millones de libras, conducirá a pérdidas de puestos de trabajo y la necesidad de recortar y reconsiderar algunos proyectos, tales como el referido a las Islas Malvinas”. Según afirmaba el matutino conservador británico, los astilleros y más de 5oo puestos de trabajo corrían serio peligro.
Pocos días antes, la prensa británica reflejó que a consecuencia de los problemas financieros que tendría Harland & Wolff, un conglomerado de empresas rivales se encontraban en tratativas con el gobierno británico para hacerse cargo de un contrato naval por unos 1600 millones de dólares ante el posible incumplimiento por parte de los legendarios astilleros norirlandeses.
Las autoridades del gobierno de ocupación en Malvinas, a través de un comunicado, manifestaron “estar al tanto de la reciente publicidad respecto a Harland & Wolff, y la incertidumbre sobre la financiación del gobierno del Reino Unido”.
Ya en 2019, los históricos astilleros norirlandeses, fundados en 1861, pasaron a estar bajo control judicial tras haberse declarado en bancarrota, tal como informara el portal El Canal. Es importante señalar que la firma dejó de producir barcos a fines de los años ’90 y desde 2008 se centró en el mercado de energías marinas renovables e ingeniería asociada, aunque mantenía una línea de negocio residual en torno al mantenimiento y desguace de buques. Durante años, los astilleros Harland & Wolff pertenecieron al capital público británico, pero fueron vendidos en 1989 a la compañía noruega Fred Olsen Energy, a través de la filial Dolphin Drilling.
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