En otra palmaria demostración de injerencismo norteamericano, la jefa del Comando Sur (SOUTHCOM), Laura Richardson, dio nuevas muestras de su obsesión con lo que su gobierno considera como “amenaza China” y arremetió contra las inversiones del gigante asiático en Latinoamérica y el Caribe. Desde Miami, durante la apertura de la IX Conferencia de Seguridad Hemisférica, la generala yanqui, sin sonrojarse, manifestó que “América Latina no se beneficia de los recursos que China extrae de la región", tal como fuera reflejada en la edición dominical del diario mexicano La Jornada. Richardson estuvo acompañada, en la ocasión, por Daniel Erikson, Director Senior de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional. Ambos participaron del primer panel de debate, moderado por Brian Fonseca, director del Instituto Jack D. Gordon, entidad académica y de investigación orientada a cuestiones de política pública y seguridad nacional estadounidense.
“El primer mega puerto que hizo China en América Latina solamente facilita a los chinos extraer los recursos de la región”, sentenció quejosamente Richardson en alusión al gigantesco puerto de Chancay, situado en la provincia de Huaral, departamento de Lima, donde la enorme infraestructura portuaria se convertirá en un centro de intercambio y distribución para Perú y toda la región, movilizando una gran cantidad de mercancías en tránsito hacia y desde el Pacífico, con preponderancia de productos mineros, que son los que más le interesan a Beijing.
Cabe destacar que la República Popular China lleva invertidos unos 3600 millones de dólares en esta obra que inició en 2023 y se espera que esté concluida y operativa para mediados de noviembre de 2024. Según informa el diario argentino El Cronista, la naviera estatal Cosco Shipping tendrá la exclusividad de la explotación de los servicios clave en la mega terminal portuaria peruana. Por su parte, el medio panameño Critica planteó la enorme preocupación de Washington, poniendo en evidencia que esta no se limita a la extracción de recursos, en muchos casos estratégicos, sino también a la seguridad cibernética y de protección de datos. Esto se vio claramente reflejado en la importancia que Richardson otorgó al tema, al preguntarse sobre “¿por qué hay tanto enfoque en la infraestructura crítica china en este hemisferio? ¿Quién va a tener todos los datos?”, en clara referencia a los temores de Washington porque infraestructura crítica, como los sistemas de escaneo de carga portuaria, quede bajo control de entidades asociadas al gobierno chino.
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