Los kelpers piden un puerto construido con la piedra de Malvinas y no con acero inglés

La planificación británica de un nuevo puerto en las Islas, desata controversia interna sobre los costos, la durabilidad y la pertinencia de los materiales. Un colono isleño propone una construcción robusta en piedra local, por la abundancia de recursos. Arrecian críticas a la administración colonial por la toma de deuda millonaria y el presunto manejo irresponsable de fondos públicos.

25 de abril de 2025 08:48

Render del proyecto portuario en Malvinas que en un tercer intento Gran Bretaña protende construir con Keynvor MorLift Ltd (KLM.)

La discusión sobre el futuro puerto británico de las Islas Malvinas, ha escalado más allá de debates superficiales, revelando profundas diferencias sobre la estrategia de desarrollo y la gestión financiera del territorio bajo administración colonial. En el centro de la polémica se encuentra la propuesta de Gerald Cheek, un colono con arraigo y conocimientos de materia de aviación; quien aboga por una solución constructiva basada en la abundancia de piedra local.

Bajo el elocuente título de "Rocas o Acero", Cheek argumenta en el periódico Penguin News que la elección del acero para el nuevo muelle no solo implica costos prohibitivos de adquisición y transporte desde el Reino Unido, sino también una vida útil limitada debido a la corrosión marina, anticipando futuros gastos de reemplazo.

Su visión contrasta con la fragilidad del acero al evocar la imagen de un muelle de piedra, erigido hace más de un siglo en la rada de Puerto Argentino, con recursos propios de las islas, que aún hoy se mantiene inalterable; argumenta. Esta perspectiva, compartida por otro residente, Norman Clark, resalta la oportunidad de aprovechar los recursos naturales locales frente a la incertidumbre económica global y la posible inestabilidad de la industria siderúrgica británica.

Sin embargo, la controversia se agudiza con las fuertes críticas a la administración colonial británica. La ex legisladora Norma Edwards alzó su voz con un contundente "No tienen ni dos dedos de frente" (Brains in the backside), cuestionando la reciente adquisición de préstamos internacionales por £150 millones (unos 194 millones de dólares) destinados al proyecto portuario. Edwards denuncia la carga financiera que representarán los pagos de intereses hasta 2050, poniendo en tela de juicio la priorización del puerto frente a necesidades apremiantes como la reforma del sistema de pensiones, la modernización del hospital y la planta de energía. La ex legisladora no escatima en señalar el historial de proyectos fallidos y costosos, como un depósito de lana calificado de "inútil", sugiriendo un patrón de mala gestión de los fondos públicos.

El debate se inscribe en un contexto histórico de disputa territorial por la soberanía argentina de las Islas. Mientras se planea la sustitución de la infraestructura portuaria actual, instalada tras el conflicto de 1982, la propuesta de un "muelle eterno" construido con la solidez de la piedra local resuena como una alternativa económica y sostenible, que mira al pasado en busca de soluciones duraderas. Incluso se plantea la posibilidad de utilizar el puerto de Puerto Yegua (Mare Harbour para los ingleses), infraestructura clave para la base militar de la OTAN, aunque su adecuación para las necesidades comerciales y turísticas de la capital es incierta. 

La polémica por el nuevo puerto malvinense vuelve a corporizarse como un espejo de las tensiones políticas y económicas que históricamente han marcado el futuro de estas islas del Atlántico Sur. Aunque en esta instancia, con la presencia de un gobierno argentino que frente a este escenario, ha decidido dar libertad absoluta a Gran Bretaña, para que los proyectos infraestructurales que cimienten el arraigo colonial, se concreten.

Fuente:

Mercopress

Penguin News

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