El Gobierno Nacional emprendió un camino de ajuste en la empresa estatal de Fabricaciones Militares, reduciendo su funcionamiento en un intento de privatizarla. Este proceso comenzó con el cierre de la planta de explosivos en Jáchal, San Juan, y se prevé que otras instalaciones, como la de Villa María, Córdoba, también se vean afectadas.
Paralelamente, se realizó la subasta de vehículos, contenedores y equipos en colaboración con el Banco Ciudad. La cual habría generado más de 605 millones de pesos.
La decisión de rematar los bienes, considerándolos innecesarios, genera una mayor inquietud entre los 1.200 empleados de la compañía, quienes ven su futuro laboral en la cuerda floja.
El sindicato de ATE en Villa María expresó su preocupación por las implicaciones de estas ventas, argumentando que "no se están perdiendo solo activos económicos, sino recursos críticos para el desarrollo de la defensa nacional y políticas públicas esenciales".
Según los representantes sindicales, se están liquidando no solo herramientas y maquinaria, sino la capacidad operativa de la planta en su totalidad.
El impacto del cierre de la planta de Jáchal se siente especialmente en Villa María, donde la producción de pólvora ha disminuido drásticamente en los últimos meses. Este cierre deja a más de 280 trabajadores en una situación precaria, mientras aguardan noticias sobre su futuro.
La unidad de Fabricaciones Militares en Azul, conocida como Fanazul, cuenta con alrededor de 85 empleados y ha estado inactiva desde mayo de 2024.
Paralelamente, empresas asociadas a la OTAN están interesadas en la capacidad de producción de municiones y explosivos de la compañía. En 2024, dos firmas, CGS Defence de República Checa y Hispania Group de España, enviaron delegaciones a Argentina para explorar posibles acuerdos.
Estas negociaciones están enmarcadas en el creciente acercamiento diplomático entre Argentina y Estados Unidos, particularmente tras la visita de funcionarios del Departamento de Estado a la planta de Río Tercero en julio de 2023.
El foco de interés de estos funcionarios estaba en la planta metalmecánica que, aunque ha cambiado su línea de producción en los últimos años hacia trenes y vagones, tiene un historial como fabricante de municiones.
Este cambio en el rumbo de Fabricaciones Militares plantea preocupaciones sobre la mercantilización de un sector estratégico para la soberanía del país.
Con la mirada enfocada en la privatización, el futuro de Fabricaciones Militares parece incierto y sus trabajadores se enfrentan a esta incertidumbre.
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