Las alarmas por la actividad de la flota de pesca de aguas distantes de China en el Atlántico Sur han vuelto a sonar con fuerza. El buque pesquero Lu Qing Yuan Yu 205, identificado como parte de la flota subsidiada por el Estado chino, fue detectado realizando, por tercera vez, patrones de navegación que son altamente compatibles con tareas de mapeo y prospección científica no autorizadas sobre la Plataforma Continental Argentina.

La denuncia, impulsada por el especialista en conservación marina Milko Schvartzman, respaldada por el Círculo de Políticas Ambientales y publicada por el Argenports.com, subraya un grave y reiterado desafío a la soberanía nacional y la protección de recursos estratégicos.
El Patrón de la Sospecha: Tres años de recorridos anómalos
El Lu Qing Yuan Yu 205 ha sido señalado por un patrón de comportamiento que excede con creces la actividad pesquera habitual. Los datos satelitales analizados por el Círculo de Políticas Ambientales en 2023 ya habían documentado que, desde noviembre de 2022, el buque realizaba trayectorias lentas, rectilíneas y sistemáticas en la Plataforma Continental Argentina, un área donde Argentina ejerce derechos soberanos exclusivos de exploración y explotación de recursos.

"Trayectorias lentas, rectilíneas y sistemáticas, idénticas a los patrones utilizados para estudios biológicos o geológicos," es la descripción que repite Milko Schvartzman para describir los movimientos del buque, tanto en la detección original de 2022/2023 como en la más reciente de noviembre de 2025.
Estas maniobras, realizadas sin la autorización expresa del Estado argentino, sugieren la posible ejecución de:
- Exploración Biológica: Mapeo de la cantidad y calidad del recurso pesquero argentino (calamar, merluza, etc.).
- Prospección Geológica: Búsqueda de hidrocarburos u otros recursos del subsuelo marino de la plataforma.
Soberanía en riesgo frente al silencio oficial
La Plataforma Continental Argentina, reconocida y ampliada por la ONU, es un área clave para el futuro energético y alimentario del país. La Convención sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) es clara: ningún buque extranjero puede realizar estudios científicos en esta zona sin permiso previo.

La reincidencia del Lu Qing Yuan Yu 205 en 2025 —un buque con antecedentes de operar en una flota con un historial problemático de pesca Ilegal, No Declarada y No Regulada (INDNR) y denuncias de violaciones laborales— deja al descubierto la fragilidad del control y la supuesta apatía oficial ante un potencial delito soberano.
Los interrogantes planteados por los especialistas siguen sin respuesta por parte de los organismos de control:
- ¿Se ha presentado un reclamo formal ante la Embajada de China?
- ¿Se activaron mecanismos de control de Cancillería o Prefectura Naval Argentina?
- ¿Existe algún permiso secreto otorgado al buque para realizar estos estudios?
Hasta la fecha, no se han registrado comunicaciones públicas de organismos oficiales argentinos sobre esta grave actividad.
La pasividad de la Patagonia
La situación se agrava ante la percibida inacción de los gobiernos con litoral atlántico de la Patagonia (Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut), provincias que son las custodias directas de estos recursos y que históricamente han tenido tensas relaciones con las flotas extranjeras.
En 2023, la denuncia ya había advertido que este tipo de acciones podrían estar relacionadas con iniciativas de ceder la operación y manejo de puertos patagónicos al país oriental, elevando la sospecha de que la exploración ilegal podría ser un "paso previo a alguna sesión de soberanía" en un marco de polémicos acuerdos bilaterales con China.
La nueva detección del Lu Qing Yuan Yu 205 es un llamado urgente a:
1. Reforzar la vigilancia satelital y el monitoreo integrado.
2. Exigir explicaciones diplomáticas a Pekín por la actividad de su flota subsidiada.
3. Garantizar la defensa de la soberanía y la protección de los recursos estratégicos del Mar Argentino.
Mientras tanto, un pesquero chino continúa "mapeando" un área vital para la Argentina, aparentemente de espaldas al Estado y ante la mirada pasiva de las autoridades nacionales y patagónicas.