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Crónica de una Traición: El ideario libertario sobre la Causa Malvinas

El mapa sin Malvinas de Sturzenegger, el radar británico en Tolhuin y la entrega de una base al Comando Sur en Ushuaia, son pasos tácticos; pero la admiración a Thatcher y Reagan es la expresión de subordinación de Milei a los intereses angloamericanos.

3 de octubre de 2025 05:44

Una Argentina sin Malvinas: el plan de gobierno del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.

El régimen libertario de Milei ha intensificado una política deliberada de invisibilización y omisión de la Causa Malvinas, llevando a cabo acciones que, más que olvidos, son gestos políticos calculados que minan el reclamo histórico de soberanía argentina. Esta conducta no es aislada; constituye un preocupante hilo conductor que culmina en la peligrosa oferta de la Base Naval Integrada en Ushuaia a la potencia estadounidense, socavando la defensa del Atlántico Sur y la Antártida.

La “desregulación” de la Soberanía

El último y más gráfico ejemplo de este proceso fue la publicación, el pasado mes de septiembre por parte del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger; de un mapa de Argentina para georreferenciar farmacias en todo el país. La polémica se desató inmediatamente porque el mapa omitió flagrantemente las Islas Malvinas.

Aunque el ministro se excusó en la falta de infraestructura de farmacias en las islas, el hecho fue y es interpretado periodísticamente como un acto político adrede, en línea con una administración que busca sin ocultamiento un "abandono progresivo del reclamo", para priorizar un acercamiento diplomático con el Reino Unido.

Los antecedentes de un desprecio explícito

La omisión de Sturzenegger se suma a una serie de acciones y declaraciones que configuran una política de desmantelamiento del reclamo soberano:

Bullrich y las vacunas: A lo largo de la gestión, actores claves de régimen libertario, han manifestado posturas contrarias a la defensa histórica del archipiélago. La tristemente célebre frase de la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien sugirió la idea de "canjear" las Islas Malvinas por vacunas contra el covid; banalizando el valor irrenunciable de un territorio con el sacrificio de excombatientes.

Espert y Llach: Otros aliados del oficialismo, el economista José Luis Espert y el exsocio Lucas Llach, han hecho manifestaciones de desprecio explícito a la causa. Llach, por ejemplo, llegó a proponer la "entrega" de las islas y la provincia de Tierra del Fuego, refiriéndose a Malvinas como "Falklands" y tratándolas como un "apéndice que encarece la vida del pueblo". Negaciones de la soberanía que colisionan directamente con la postura histórica y constitucional de la República Argentina.

La limitación de los radares a los F-16: La invisibilización trasciende los mapas y los dichos. En el ámbito de la defensa, aún hoy se siente el fuerte malestar en las Fuerzas Armadas por la compra de aviones F-16 a Dinamarca que carecen de radares con capacidad para monitorear las Islas Malvinas.

Querida Kosovo: Asimismo, el presidente Milei, con anuncia de la propia Cancillería, se permitió una foto oficial con la presidenta de Kosovo, un país que es aliado estratégico de los británicos.

El Vínculo con la Base Naval como canje por Créditos

Todas estas omisiones y negaciones adquieren un significado estratégico en el contexto de la base de Ushuaia. El gobierno de Milei, sumergido en una búsqueda desesperada de créditos financieros y apoyo económico de Estados Unidos, ha puesto sobre la mesa de negociaciones la Base Naval Integrada de Ushuaia como una virtual "moneda de canje".

El interés por establecer una sociedad estratégica con EEUU. –buscando la membresía como "socio global" de la OTAN y apoyo militar– se articula directamente con la cesión de control sobre el Atlántico Sur. Los hechos confirman este vínculo y bien vale recordarlos:

 

  • El anuncio inicial se hizo frente a la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, quien previamente había manifestado sin tapujos, la voracidad de EEUU. sobre los recursos naturales de América Latina, creando un hilo conductor que une la agenda de seguridad de Washington, con una agenda de recursos.
  • Sumado a ello, la demanda posterior del nuevo jefe del Comando Sur, el Almirante Holsey, de poseer además en las costas del Canal Beagle, una base para sus submarinos y la reactivación del radar LEOLABS, confirman que la presencia norteamericana busca un control militar activo.

 

Y aunque Guillermo Moreno quiera romantizar los 200 años de la doctrina Monroe; la suma de omisiones internas sobre Malvinas y la entrega de capacidades de defensa y control territorial en Ushuaia a un socio estratégico del Reino Unido, configura una inocultable traición a la Causa Soberana.

Tanto en lo simbólico como en lo factico; se está desmenbrando, "tupacamerizando" la lucha por la Soberanía de Malvinas, hipotecando el desarrollo argentino de la Antártida y cediendo control sobre el Atlántico Sur; todo ello en un intento por obtener un apoyo financiero y político que subordina a la Nación a los intereses geopolíticos angloamericanos. La agenda de Milei no solo omite a Malvinas; la utiliza como peón en un juego de ajedrez donde el gran perdedor, es el Pueblo de la Nación Argentina.

 

La admiración a Thatcher: La mayor ofensa a la Memoria Nacional

El desmantelamiento político de la Mayor Causa Nacional, tejido con omisiones, negacionismos y la peligrosa oferta de la base de Ushuaia a EEUU., alcanza su clímax en el gesto más grotesco y ofensivo para millones de argentinos y argentinas: la pública y reiterada declaración del presidente Javier Milei como "admirador" de Margaret Thatcher y de Ronald Reagan.

Su admiración por la ex primera ministra británica, figura responsable de ordenar el hundimiento del crucero ARA General Belgrano fuera de la zona de exclusión y de llevar adelante la guerra que costó la vida a 649 argentinos en 1982, no es solo una provocación, sino una herida abierta y una burla a los veteranos, a las familias de los caídos y a la memoria nacional.

La exaltación de Thatcher por parte de un presidente argentino no tiene precedentes. Simboliza la claudicación ideológica y moral de un gobierno que, al mismo tiempo que cede control militar en el Atlántico Sur a los socios estratégicos de Gran Bretaña, rinde pleitesía al verdugo de la guerra.

El mapa sin Malvinas de Sturzenegger, el radar permitido al Reino Unido en Tolhuin -¡teléfono Melella!- y la base ofrecida al Comando Sur de EEU en Ushuaia, son pasos tácticos; pero la admiración por Thatcher es la declaración de principios que explica la política de fondo: el abandono total de la Causa Malvinas y la subordinación de la soberanía nacional a los intereses angloamericanos, culminando un proceso que hiere profundamente la identidad y la historia de la República Argentina de punta a punta.

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