Luego que Agenda Malvinas publicara la fotografía subida por el Capitán de Ejército Eduardo Dalmedo, a su propia cuenta de Facebook; donde se lo ve junto al Cabo Primero Juan Carlos Cabrera sumergiendo por la cabeza a un soldado en una laguna de la turba malvinera durante la guerra de 1982, ayer dijo: “estamos sosteniendo al que está tomando muestras de agua, para verificar con el bioquímico, si era potable”. De esta manera intenta cambiar el relato anterior donde afirmó: “No recuerdo a quien estamos por sumergir en el espejo de agua, pero seguramente alguna macana se había mandado”.

Sin embargo, la fotografía evidencia la falsedad de la reciente justificación. Primero, porque antes de sostener por los pies o por la cintura a quien dice: “está tomando muestras de agua”, divertidamente lo empujan por la nuca; y segundo, que no es creíble que elaboraran semejante maniobra para tomar una muestra de agua, cuando la distancia entre la capa vegetal (el coirón) y el agua no supera los 30 centímetros. Salvo que Dalmedo y Cabrera hubieran sido tan inútiles o vagos como para no ser capaces de poder ellos mismos echar rodilla en tierra y con solo agacharse, tomar la muestra de agua del turbal.

De victimario a víctima

Desmintiéndose a sí mismo de lo que escribió el 3 de septiembre de 2014, ayer Dalmedo se victimizó diciendo: “En esta foto, como le expliqué en su momento a Marcelo, estamos sosteniendo al que está tomando muestras de agua, para verificar con el bioquímico, si era potable. Solo desafié a quien recordara quien era, para contactarme. Obviamente la prensa amarillista no descansa, y busca solo hacer daño, no informar objetivamente. Parece mentira que deba aclarar sobre una foto, que pronto será publicada en mi libro, actualmente en edición”.

Lo cierto es que, cuando comentó y bravuconeó sobre la foto que publicó en septiembre de 2014, Dalmedo no aclaró inmediatamente en su cuenta que se estaba “tomando muestras de agua”; sino que por durante más de ocho años sostuvo que la imagen, los muestra en el instante en que están “por sumergir en el espejo de agua”, a un soldado que ni recordaba el nombre “pero (que) seguramente alguna macana se había mandado”. A lo que remató, para mayores datos de su autojustificada conducta, como; “Momentos de desenchufe que nos permitía seguir adelante”.

Mi Dragoneante

Marcelo Anibal Olindi, quien horas después del posteo lo interroga a Dalmedo, diciéndole ¿cómo te podés reírte de esto?, no era un conscripto cualquiera; era un Dragoneante. Lo que significa que era uno soldado que, por disciplina, preparación, alta condición de tiro y de combate, conducta personal, hacia sus superiores y compañeros, altruismo y demostración patriótica; sobresalía del resto.

El mismo Soldado Dragoneante que ese mismo 4 de septiembre de 2014, no solo le preguntó ¿cómo te podés reír de esto?; sino también expresó espontáneamente su molestia con quienes dieron like, ME GUSTA, a la foto: “¿Cómo puede estar orgulloso de esto y 11 boludos que apreta el "ME GUSTA?", planteó.

Cuando se les preguntó a varios soldados del Regimiento de Infantería 7 -unidad de combate a la que perteneció Dalmedo- si esta había llevado un bioquímico a la guerra, y en tal caso si poseía un laboratorio; todos negaron cualquier posibilidad que ello hubiera sucedido.