De acuerdo con el primer informe presentado por el Centro de Inteligencia en Minerales Críticos del Reino Unido, CIMC el futuro de la economía británica estaría directamente vinculado con el abastecimiento de recursos materiales concentrados en regiones específicas del mundo, entre las que se destaca la República Argentina como parte del “triángulo del Litio”. Este mineral, indispensable para dominar la industria de autos eléctricos, representa una gran incertidumbre para la potencia anglosajona ya que no cuenta con reservas propias y depende exclusivamente de su importación.
Creado en 2021 para asesorar a los gobernantes británicos con información actualizada y confiable, el Centro de Inteligencia en Minerales Críticos se dedica al análisis de los recursos estratégicos para “la seguridad y la defensa” del país, desde una perspectiva científica, económica y geopolítica. En este documento, presentado a comienzos de julio, el CMIC (por sus siglas en inglés) desarrolló los motivos por los cuales la economía en Gran Bretaña se encuentra estrechamente ligada a la evolución en la cadena de abastecimiento de estos materiales.
A grandes rasgos, el informe advierte que el plan económico del Reino Unido basado en recuperar la industria automotriz mediante la construcción de autos eléctricos para el mercado europeo requiere del acceso a los recursos primarios involucrados en la fabricación de baterías: litio, cobalto y grafito. El problema es que estos materiales presentan un alto grado de concentración, tanto en las reservas minerales como en su comercialización. Por otro lado, los asesores explican que no se trata de “garantizar el acceso” a los recursos, sino de mantener el ingreso de los insumos para sostener la constancia en la producción.
Los mercados de recursos minerales presentan la particularidad de verse afectados por un amplio espectro de factores que interrumpen el flujo de las reservas. Puede tratarse de motivos técnicos, vinculados con la naturaleza de la actividad minera, o de factores humanos como la política o el comercio. Ésto puede provocar que, al interrumpirse la exportación desde un país de origen, los demás participantes de ese mercado prefieran limitar su oferta para incrementar el precio internacional de sus productos mineros.
Además, el informe señala que la principal amenaza para el abastecimiento de insumos no proviene de los países productores sino de las potencias industriales, que compiten por el acceso privilegiado a estos recursos. La proyección estimada para el aumento de la demanda en insumos de baterías es de +500% para 2030, según cálculos conservadores. Los materiales con precios más volátiles son el litio y el cobalto, cuyos picos de valor desfondaron al sector industrial en 2016 y 2019 respectivamente.
Estos componentes no pueden ser reemplazados, motivo por el que la producción depende enteramente de garantizar su abastecimiento. La mayor reserva global de litio, según se detalla en el documento, está concentrada en un territorio compartido por Chile, Argentina y Bolivia; pero para sostener la producción es indispensable acceder a esos tres mercados. En cuanto al cobalto y el grafito, más del 60% de su comercialización depende de China, país que denuncia abiertamente los crímenes coloniales del Imperio Británico. “De acuerdo con la información actual”, explica el informe del CMIC, “se estima que para 2030 el RU tendrá una demanda anual de 15 mil toneladas de litio, 90 mil de nickel, 11 mil de cobalto y 10 mil de manganeso para producción de materiales catódicos, y 135 mil de grafito para producir ánodos”.
Un plan sin alternativas
El esquema presentado por el informe del CMIC parte de la política trazada por el gobierno británico, que busca convertirse en el principal proveedor de autos eléctricos para la comunidad europea. Esto se basa en el acuerdo de libre comercio firmado entre el Reino Unido y la Unión Europea, donde queda establecida la ausencia de aranceles para la importación de bienes “producidos dentro del territorio”. Al mismo tiempo, desde Londres especulan con el compromiso europeo en la descarbonización del transporte, aplicando impuestos a los autos convencionales que colocarían a los eléctricos en un mejor precio.
El gobierno inglés apuesta plenamente a este programa, invirtiendo en la creación de una “gigafábrica” de baterías que sería la responsable de manufacturar los componentes para el sector automotriz, el más importante para el país en términos de PBI. Sin embargo, se trata de una apuesta con riesgos muy elevados, ya que actualmente se están construyendo 300 instalaciones de esas características en las principales potencias industriales, destacándose los avances de China y Estados Unidos.
Consciente de esta situación, el establishment británico ha comenzado a formalizar su dependencia material como política de Estado, con la creación de oficinas dedicadas a la evaluación y el seguimiento de los “materiales críticos” para el desarrollo estratégico del país. Los especialistas concentrados en estos organismos tienen la doble función de identificar a los recursos más vulnerables en la cadena de abastecimiento global y de mayor dependencia local, junto con el establecimiento de los factores que podrían alterar al mercado de los “materiales críticos”: guerras convencionales, civiles o comerciales, desastres naturales, y cambios en las regulaciones estatales.
Malvinas en el centro
Contrario a los movimientos anticipatorios que viene realizando el Reino Unido, el gobierno argentino presenta actitudes ambiguas respecto a sus intenciones con la producción de litio en el noroeste del país. Mientras el Presidente intentó marcar posición frente al saliente Primer Ministro Boris Johnson durante su última gira europea, los gobernadores de Salta, Jujuy y Catamarca desautorizaron abiertamente al mandatario tras recibir a la embajadora británica Kirsty Hayes para discutir “cuestiones comerciales” vinculadas con la minería.
Más que un gesto, la cumbre de los gobernadores pareciera ser el rumbo de la futura política oficial, avanzando en la penetración de capitales británicos para la extracción de litio argentino. Sin un marco normativo que le otorgue carácter legal a la postura presidencial de no avanzar en acuerdos bilaterales hasta que la soberanía sobre las Islas Malvinas y los territorios insulares argentinos no regresen a instancias de negociación diplomática, la probabilidad de que el gobierno británico emprenda una política de descolonización por voluntad propia es inexistente. En todo caso, el gobierno inglés no tiene la obligación de negociar con su contraparte argentina, ya que las principales empresas dedicadas a la extracción de litio son multinacionales originadas en Australia y Canadá, países integrantes del commonwealth que comparten vínculos estrechos con el Reino Unido.