Desde la noche del domingo los organizadores del G20 en Brasil deslizan una teoría respecto a lo que viene con Donald Trump hacia América Latina: la posibilidad de que el republicano designe como encargada para la región a la generala retirada Laura Richardson, quien viene de dirigir el Comando Sur del Pentágono y tiene una retórica hostil para con China.
Según indica La Política On-Line desde el entorno de Lula Da Silva, Richardson tendría una buena relación con el congresista de Florida Mario Díaz-Balart, un halcón republicano que a su vez impulsa a Richardson ante su amigo, el próximo secretario de Estado, Marco Rubio.
Laura Richardson pasó a retiro hace escasos meses y Díaz-Balart le organizó una cena de festejo en Miami.
La generala de cuatro estrellas todavía no habría confirmado su disposición al cargo, pero sería un claro mensaje hacia China: durante su conducción del Comando Sur, Richardson habló muchas veces de la influencia creciente de Beijing en América Latina y de la intención de ir por la explotación de diversos recursos naturales.
Es una posibilidad no menor porque Richardson, además de coincidir con Rubio respecto a la supuesta amenaza china, también tiene fuertes coincidencias con el próximo secretario de Defensa, Pete Hegseth, que viene de atacar de modo habitual al país asiático desde la pantalla de la cadena Fox News.
A su vez, el 4 de abril de este año; dos días después del 42 aniversario de la guerra del Malvinas, el presidente argentino Javier Milei se reunió con Richardson en Ushuaia. Ocasión donde el mandatario anunció la puesta en marcha de la Base Naval Integrada, como centro de operaciones para el desarrollo antártico argentino; con participación estadounidense.
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