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Un Ex-JP Morgan que descree del reclamo por Malvinas es el nuevo canciller argentino

Con la llegada de Pablo Quirno, la defensa de la soberanía de Malvinas pende de un hilo, luego de sus dichos que equiparan el reclamo soberano a una "pérdida de tiempo".

25 de octubre de 2025 12:13

Intimamente ligado al influyente banco estadounidense JP Morgan, del cual fue director para América Latina en Nueva York y miembro del Comité de Gerenciamiento Regional.

La designación de Pablo Quirno como nuevo Ministro de Relaciones Exteriores, en reemplazo de la sorpresiva renuncia de Gerardo Werthein, reafirma el camino de la política exterior del régimen libertario, alineándola abiertamente con la estrategia financiera y el endeudamiento. El nombramiento, anunciado a solo cuatro días de unas cruciales elecciones legislativas que podrían significar un revés histórico para el gobierno de Javier Milei, a tan solo 20 meses de gestión; subraya la primacía de los vínculos económicos por sobre los tradicionales intereses diplomáticos y la soberanía nacional.

El perfil del nuevo canciller

Pablo Quirno no es un diplomático de carrera, sino un economista con un posgrado de la Universidad de Wharton y una extensa trayectoria de tres décadas en el sector financiero internacional. Su perfil está íntimamente ligado a los mercados financieros y, de manera crucial, al influyente banco estadounidense JP Morgan, donde fue director para América Latina en Nueva York y miembro del Comité de Gerenciamiento Regional.

El nuevo y tercer Canciller de la gestión del presidente Javier Milei, es la "mano derecha" y hombre de extrema confianza del Ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo. Su estrecha relación profesional se remonta a gestiones anteriores, como su rol de jefe de asesores en el Ministerio de Finanzas (2017-2018) y como director del Banco Central (2018), siempre bajo la conducción de Caputo, como ministro de la gestión presidencial de Mauricio Macri.

Esta triangulación de exejecutivos del sector financiero en puestos clave (Quirno en Cancillería, Caputo en Economía y Santiago Bausili en el Banco Central, todos con pasado en JP Morgan), ha generado una fuerte controversia sobre la influencia de este banco de inversión en las decisiones económicas soberanas de la Argentina.

Quirno, Caputo y Bausili; todos con pasado en el JP Morgan.

La Oficina Presidencial oficializó su designación destacando que, desde su rol anterior como Secretario de Finanzas y Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Quirno ha sido "pieza fundamental" en la estrategia económica del gobierno, y su principal misión será "abrir la Argentina al mundo" con un foco centrado en acuerdos comerciales y el fortalecimiento de los vínculos con los mercados internacionales. Este enfoque refuerza la visión pro-mercado impulsada por el presidente Milei, priorizando la búsqueda de financiamiento externo, como la línea de crédito de $20.000 millones de dólares gestionada con Estados Unidos y el rol de JP Morgan en el armado de una eventual línea de crédito.

La Cuestión Malvinas: las declaraciones de Quirno contrarias a la Soberanía

La designación de Pablo Quirno despertó una ola de críticas y alarma debido a sus apreciaciones públicas de 2013 y 2014 sobre la soberanía de las Islas Malvinas, las cuales son totalmente contrarias a la posición histórica y constitucional de la República Argentina, y a la que sostiene la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que no reconoce el derecho a la autodeterminación de una población implantada.

En un tuit de marzo de 2013, Pablo Quirno ironizó sobre la validez del referéndum que el gobierno colonial británico efectuó en las islas, preguntándose: "¿Y si el referéndum que hicieron en Malvinas lo hacemos acá? ¿Tendría un resultado diferente?". Esta burla relativizaba el reclamo argentino y sugería una posible indiferencia de la ciudadanía continental sobre la causa. Un año después le dio una vuelta de rosca a su posición contra la soberanía argentina, desestimando la importancia de las gestiones diplomáticas al escribir que ir a la ONU por Malvinas (o por los fondos buitre) solo depararía "declaraciones", pero "definiciones o cambios, NO".

Estas declaraciones, que equipararon la defensa de la soberanía nacional con una "pérdida de tiempo", chocan frontalmente con el rol que debe asumir ahora como Canciller, el funcionario responsable de sostener y representar la causa Malvinas en todos los foros internacionales, tal como lo exige el mandato constitucional. Su postura genera serias dudas sobre el compromiso del gobierno en la defensa del archipiélago usurpado desde 1833.

Contexto de un Gabinete en Tensión

El nombramiento de Quirno se produce en el marco de una crisis política y un desmoronamiento del Gabinete, expuesto por la renuncia intempestiva del Canciller saliente, Gerardo Werthein; que había asumido hace un año atrás, luego Javier Milei echara a través de los medios a Diana Mondino.

Si bien Werthein había pactado su salida para después de los comicios, la dimisión se precipitó por una fuerte discusión con la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y por un prolongado malestar ante la creciente influencia del asesor Santiago Caputo en las relaciones con Estados Unidos.

La salida de Werthein no es la única. También es un hecho la renuncia anticipada del Ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, sumándose a los rumores de otros cambios que el Presidente planeaba anunciar tras las elecciones.

Este clima de inestabilidad y las internas que estallaron horas antes de una elección parlamentaria crucial, han desnudado las tensiones en la cúpula del poder y la fragilidad de un proyecto de gobierno que apenas lleva veinte meses de gestión.

El ingreso de Quirno refuerza el ala económica y fundamentalmente financiera del gobierno, en un intento por dar una señal de solidez y continuidad en la estrategia de financiamiento internacional.

Así, todos los antecedentes indican que la defensa de la soberanía argentina por las Islas Malvinas, quedará a merced de la endeble sustentabilidad política del régimen libertario, y de un presidente que se autoproclama admirador de la exprimer ministra británica Margaret Thather; responsable de conducir la guerra de Malvinas de 1982, y de ordenar el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, fuera de la zona de combate.

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