Lo que solo debería representar un avance de obra en el marco de un plan soberano y logística nacional, una decision política del regimen libertario prende las alertas a partir del obsceno nivel de alineamiento que el gobierno de Javier Milei expone hacia la supremacía norteamericana, oficializada por anuncios de un desarrollo antártico junto a los EEUU en términos militares. Y no por versiones periodístas, sino manifestadas por el propio presidente el 3 de abril de 2024 en Ushuaia, junto a la Jefa del Comando Sur Laura Richardson en Ushuaia.
Más allá de la trascendencia de la obra llevada a cabo por astillero Tandanor, la platea fue finalizada durante este mes de julio. Concretamente durante la “veda invernal”. Época del año donde en toda la Tierra del Fuego la construcción húmeda se paraliza, debido a las bajas temperaturas reinantes en la ciudad de Ushuaia, donde las condiciones climáticas, impiden el correcto y natural fraguado de la carpeta cementicia.
Por lo tanto, la rapidez con la que se completó la platea, en medio de temperaturas tan bajas; llama la atención y genera suspicacias, sobre si la obra se realizó con una planificación que trasciende lo estrictamente técnico o económico.
Como es una constante, las autoridades argentinas no han brindado detalles claros, sobre los compromisos alcanzados con Washington durante las reuniones ya mantenidas con funcionarios militares y defensa, del gobierno de Donald Trump.
Lo único que se sabe —por declaraciones oficiales— es que existe un acuerdo para potenciar las capacidades de la base naval, sin precisar en qué consiste exactamente.
Claramente, la relación con EEUU se plantea como una sumisión a los intereses imperiales norteamericanos, en detrimento de la autonomía política y la soberanía de la Argentina.
A finales de abril último, repitiendo la visita de Laura Richardson a Ushuaia en 2024; el nuevo jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Alvin Holsey, estuvo en el área de la construcción y volvió a manifestar el interés claro en expandir la presencia estadounidense en la región para ganar terreno en la disputa con China por el control geoestratégico.
Como ellos mismos lo manifestaron, los objeticos de las fuerzas militares norteamericanas resultan evidentes: además de dirigir a su favor el desarrollo antártico argentino, pretenden establecer una base de operaciones avanzadas, para sus submarinos nucleares.